sábado, 1 de noviembre de 2014

El libro y la historia real de noviembre: "El libro de los finales".


Decidir cuáles van a ser las palabras finales con las que despedirte de este mundo no es fácil. Entre otras cosas, porque nunca estás seguro del todo de cuándo este momento va a llegar. No obstante, hay quien rebosa ingenio, ironía, pasión, sentimiento, profundidad filosófica, humanidad o humor a la hora de expresarse en el definitivo instante, bien en su lecho de muerte o en forma de epitafio. Con el propósito de divulgar algunas de las más sorprendentes de estas frases nace "El libro de los finales", de Albert Angelo, que recoge las últimas palabras de algunos afamados personajes históricos, o de otros que -aunque sólo fuera por sus más tardíos momentos-, merecieron ganar los siempre manidos pero en este caso sobradamente quince minutos de gloria. Para incitaros a conseguir el libro, os apunto alguna de las citas más intrigantes, cuyo contexto podréis averiguar si buscáis por vuestra cuenta o, más fácilmente, si adquirís una copia del texto. En todo caso, otro objetivo de mostraros estas frases es el siguiente, y es el de serviros de inspiración. Así quizás no os pase como a John Lennon, a quien, obviamente aturdido después de que le dispararan a los pies del edificio Dakota, sólo se le ocurrió afirmar: "¡Me han disparado!". De acuerdo que era lo más lógico, pero de acuerdo también que no es una frase para pasar a la posteridad, como evidentemente vais a pasar vosotros (guiñito, guiñito). A ver si alguna os ayuda para elegir la vuestra. Que con suerte, será dentro de mucho tiempo. Un "hasta luego":

"Lo sabía... Nací en una habitación de hotel y -maldita sea- moriré en una habitación de hotel". Eugene O'Neill.

"Espero que la salida sea radiante, y espero no volver jamás". Frida Kahlo.

"Hace mucho que no tomo champán". Anton Chejov.

"He arado sobre el mar". Simón Bolívar.

"En ese caso, ¿cuál es la pregunta?". Gertrude Stein.

"Creo que esta vez lo han conseguido. No quiero que me desnuden ellos, hazlo tú". León Trotsky.

"Maldita sea. No se te ocurra pedir a Dios que me ayude": Joan Crawford.

"Estoy harto de luchar". Harry Houdini.

"Veo una luz negra". Víctor Hugo.

"Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en el agua". Del epitafio de John Keats.

"Es demasiado tarde. No podemos ganar, se han vuelto demasiado poderosos". Nota de suicidio de Abbie Hoffman.

Una excepción: el contexto de la frase "Adiós a todo el mundo" que pronunció Hart Crane antes de arrojarse por la borda de un barco ya lo relatamos en una entrada anterior. La pregunta que yo me hago al respecto es: cuando Crane se tiró, ¿encontró al otro lado, donde aterrizó, un mundo nuevo, mejor? Me gustaría averiguarlo.

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