martes, 5 de abril de 2016

El libro de abril: El capitán y el enemigo, de Graham Greene

Volvemos a Graham Greene, un escritor del que ya os hablé hace tiempo en la crítica de El cónsul honorario. En esta ocasión, os vengo a hablar de un texto que me llegó prácticamente por casualidad, El capitán y el enemigo, y es una pena, porque ni siquiera yo, que soy aficionado al autor, había oído hablar de él. Y, en ese sentido, prefiero -como casi siempre en este blog- escribir antes de buenos libros ignorados por el gran público, que de aquellos más reconocidos de los que es probable que oigáis hablar a través de otras fuentes.

El capitán y el enemigo cuenta la historia de un niño que un día, en la escuela, recibe la visita de un hombre que dice llamarse el Capitán, y que afirma que ahora es su tutor porque ha "ganado" al niño en una partida con el padre de éste al backgammon. La verdad es que la versión le resulta al joven muchacho (rebautizado ahora por el Capitán como Jim) un poco chocante, pero con el tiempo aprende que este tipo de acontecimientos son muy propios del estilo de casi todo lo que se halla relacionado con su nuevo padrino, al que a partir de entonces se tendrá que acostumbrar. El Capitán es -como la figura de Long John Silver en "La Isla del Tesoro"- un personaje ambiguo: por un lado, numerosos indicios apuntan a que se trata de una especie de delincuente, pero por otro, se desvive por cuidar a Liza, una mujer que lo ha pasado muy mal en la vida, con la que el Capitán mantiene una complicada pero bellísima relación, y para la que el Capitán parece haber encontrado a Jim como un sustituto del hijo que ella perdió en su día. Todo lo relacionado con la niñez de Jim y la imagen que él posee de la figura del Capitán se mueve en un entorno mítico, donde la realidad se desdibuja, entre otras cosas debido a la muy peculiar y "flexible" versión de la verdad que el Capitán suele manejar en su día a día. Así, entre ausencias interminables del Capitán, y sus regresos -siempre esperados con ansiedad-, transcurre la primera parte de la novela, para luego, en la segunda, encontrarnos a un Jim adulto, mucho menos proclive a creer en cuentos y que, empujado por las circunstancias, y empeñado en parte en confrontar su pasado, acude a visitar al Capitán a su nueva ubicación, un Panamá que nos saca de la brumosa Inglaterra y nos hace recordar la afición de Graham Greene por los destinos exóticos. Allí, en Panamá, el nuevo Jim se encuentra con el viejo Capitán, pero una serie de intrigas van en ese momento a entremezclarse y afectarles personalmente. Es en ese momento (como menciona tan acertadamente este blog) cuando una trama que bordea el tono de leyenda se transforma en un thriller, sin que la relación entre la una y la otra deje de perder sentido a lo largo del texto. Del que no os contamos nada más, para que así os atreváis a llegar hasta el final.

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