Pero un día, cuando se encontraba
con todo dispuesto, abrió el periódico, y se encontró que todas las páginas,
salvo la portada, estaban en blanco.
Había habido un error de imprenta.
Pero como buen administrativo, lo debía rellenar todo, absolutamente todo. Así
que empezó a completar las páginas con las noticias que a él le hubieran
gustado que ocurrieran.
Aquel día, llovieron ranas en
Cuenca; una pareja de novios se reconcilió; bajó el precio de la gasolina.
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