De la
noche en que se visitan los nacimientos.
1.
En ese día
especial en que se cruzan los muertos y los vivos, pocos han estudiado los
efectos terroríficos que tiene esta situación sobre los muertos. Serenos en su
salón, de repente se les aparecen seres vivientes pletóricos de actividad, que
les ponen la música a todo volumen, les cambian los muebles de sitio, se les
cruzan por en medio como anticipados fantasmas. Les hablan de atroces guerras
mundiales o les cuentan cómo fallecieron, a causa de la heroína, sus bisnietos.
Los escandalizados fallecidos, aterrados, rezan a sus descendientes por que,
por favor, el resto del año les dejen en paz.
2.
La chica
colocó una mirada a medio camino entre la súplica y la firmeza delante del
curandero y exigió, más que rogó: “Necesito que resucites a mi madre”. El
hechicero se negaba: aducía la peligrosidad de retornar un alma a la vida; las
consecuencias que aquel embrujo antinatural podía desencadenar. Pero la
muchacha insistió tanto, y de forma tan desesperada, que al final tuvo que
ceder. Tras una complicada y brutal ceremonia, la muerta se levantó: su cadáver
se plantó enfrente de su hija, y tendió los brazos para alojarla. Entonces, la
muchacha avanzó, y sobre el regazo que le ofrecía su madre, clavó el puñal de
manera repetida, para cumplir su necesidad de mandarla al infierno por segunda
vez.
Muy inquietante :D
ResponderEliminar¡Gracias, era lo que pretendía!
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