Estaba Dios en su ordenador, y de repente, golpeó con los puños la mesa:
-¡Maldita sea!
Uno de los arcángeles le preguntó:
-¿Qué ha pasado?
Dios, pasándose la mano por su barba
blanca, agitó la cabeza:
-Otra infección. Te das la vuelta, y
empiezan a reproducirse y a contaminártelo todo.
Y borró, en su simulador, las últimas actualizaciones del programa
titulado “Tierra”.
-Malditos humanos –susurró-. Ya han
vuelto a joderme otra partida.
Se dio la vuelta en su silla
giratoria, y enfocó con su mirada al ángel:
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