lunes, 17 de octubre de 2022

El relato rescatado de octubre: "Frontera italo-suiza del Lago Maggiore"

Frontera italo-suiza del Lago Maggiore

 

                El oficial del V Regimiento de la Marina Suiza, división del Lago Maggiore (el regimiento eran, básicamente, él y su barco) no pudo dormir tranquilo aquella noche. No desde que se había cruzado con la embarcación de los guardias fronterizos italianos, quienes acudieron atraídos por el contundente olor de la fondue de queso.

                -¡Pero si esto no sabe a nada!-protestó uno-. Será el peor queso de Suiza, ¿no?

                -Pues es uno de los mejores –replicó adusto el helvético.

                -Pobre chico –se rió el otro italiano-… Enrolado en una marina que no es de verdad, en un país que no es de verdad, comiendo un queso que tampoco es de verdad… La vida es muy dura al otro lado de la frontera.

                Se quedó sorprendido de las cosas que le contaron.

                -¿Cómo que el barco está bautizado?

                -Es algo típico de mi pueblo. Viene un cura, le da unas bendiciones…

                -¿Y con eso te aseguras de que no se hunde?

                -Bueno, es un Dios italiano, ¿sabes? Deja a las cosas un poco a la improvisación.

                No entendía cómo era posible que aquellos dos italianos fueran tan distintos.

-Echo de menos mi tierra… Esos veranos en que, te tumbas a dormir la siesta a la sombra de un olivo,  rascando a mi can, después de unos cannoli que han servido de postre a unos canneloni de la mia mamma

                -Quita, quita, ese calor -se quejaba el otro-… Donde estén unos agradables quince grados…

                Conforme el oficial suizo nadaba por el lago para desertar en dirección a Italia, recordaba su última conversación.

                -¿Y decís que, en la Guardia Suiza ésa, podré conocer muchas ragazzas italianas?

                -Hombre, ragazzas no sé… Pero faldas, desde luego, vas a ver muchas…

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