lunes, 23 de septiembre de 2024

Nuevos episodios de "El Gato de Hubble": Abejas, abejitas everywhere

En "El Gato de Hubble", durante dos programas nos decidimos a hablar de abejas. Pero no de manera metafórica (como para explicar las relaciones entre "papás y mamás", o como hacen en "20.000 especies de abejas"; por cierto, el sistema de diferenciación sexual de las abejas es apasionante), sino real. Y, como veréis en el programa, somos grandes fans de estos insectos a rayas (como le ocurre a "Mr. Holmes", las defendemos a muerte, mientras que odiamos las avispas). Pero es que además de entusiasmarnos su biología -que tratamos sobre todo en el primer episodio-, Daniel nos contó su experiencia particular como apicultor, en particular en el segundo programa, dedicado a "Colmenas", donde describió detalles increíbles que ni siquiera habíamos pensado (y alguno que se le olvidó: ¿sabéis que las celdillas de las colmenas en realidad son circulares, y es la gravedad y la interacción entre sí lo que las vuelve hexagonales?).

En definitiva, la experiencia de primera mano de Daniel nos hizo redescubrir a unos bichillos que son muy importantes para nosotros -en gran parte, su supervivencia es la nuestra- y que, aunque nunca podremos comprender del todo, nos han incitado a interesarnos más sobre su vida y la de los apicultores que se dedican a trabajar con ellas. Como suele ocurrir, ha sido de esos programas que me encantan porque yo no sabía nada del tema y, después de meterme, quería conocer mucho más. Espero que los disfrutéis. Zumbad a gusto hasta la próxima.

Posdata: respondiendo a dos preguntas que surgieron durante los podcast, yo personalmente he encontrado varios casos recientes de mujeres apicultoras, y me han descubierto una escena en vivo y en directo en el que llaman a un apicultor para resolver un problema de enjambre, aunque no se resolvió exactamente igual que como nos lo contó Dani, quizá porque tuvo lugar durante un torneo de tenis de renombre mundial.

lunes, 16 de septiembre de 2024

El libro de septiembre: "El imperio veneciano. Un viaje por mar", de Jan Morris.

Jan Morris siempre nos deleita con sus libros de viajes, sobre todo aquellos en los que hay buenas dosis de historia. Y si en "Trieste" nos describía una ciudad que es más famosa por lo que ha perdido que por lo que posee, en "El imperio veneciano" nos habla de una entidad que ya no existe, que fue el conjunto de posesiones que adquirió la República de Venecia (en gran medida, después de hacerle un destrozo enorme a Constantinopla y al Imperio Bizantino) con el objetivo de salvaguardar las rutas comerciales que iban desde Turquía y Egipto hasta Venecia, pasando por el Egeo, el Adriático y amplias zonas costeras de la Grecia continental.

Gracias a este viaje, Morris saca a colación variopintos personajes y localizaciones geográficas a través de las islas Cícladas y Jónicas, Creta, Chipre y la costa dálmata. Es curioso que en todos esos enclaves haya quedado impregnada la atmósfera veneciana, e incluso haya permanecido un recuerdo agradable de su paso por allí, a pesar de que los venecianos en muchas ocasiones se comportaron como administradores cicateros, pragmáticos y déspotas, quienes anteponían antes que nada el beneficio, y que actuaron de manera tan desagradable que muchos griegos acabaron prefiriendo a los turcos. Sin embargo, a través de su sincretismo con la cultura local de las islas (que con frecuencia se mantuvo, aunque fuera por oposición a los gobernantes venecianos) dejaron una impronta que todavía es posible apreciar en esos lugares. En ese sentido, las descripciones de Jan Morris reflejan un mundo ya desaparecido, pero que resulta imprescindible para conocer los detalles de las esquinas de Venecia y de muchísimos rincones del Mediterráneo Oriental.

La arquitectura veneciana en sus posesiones imperiales es muchas veces funcional: castillos, baluartes, fuertes dispuestos para la defensa. Si acaso, a veces la única decoración es el león alado que representa a la ciudad encomendada a San Marcos. Sin embargo, a veces se encuentran mezclas curiosas, como esta torre de iglesia dentro del antiguo castillo de Emporio en Santorini (hoy muy remodelado) que combina función religiosa, militar y hasta estética.

El libro de Morris promete evocación y emociones fuertes y, desde luego, no defrauda. La autora habla de piratas y generales, de gente culta y también de destrozo de obras artísticas, de religión y de enfrentamientos entre cristianos, mientras el comercio se mantiene con los mismos turcos con los que se anda peleando porque, claro, el negocio es el negocio, y eso es sobre todo lo que define a Venecia. Leeremos acerca de Lepanto, pero también de intrigas cortesanas secretas, o de hombres salvajes que se lo jugaban todo a una carta pues tal era su indómita e inalterable naturaleza. Si os apetece un intrépido periplo por mar, no lo dudéis, embarcaos: aunque ya sabéis que, en todo viaje, lo primero que no regresa es la persona que partió, porque siempre vuelve convertida en otra distinta. Así que velas al viento, contemplad el horizonte, y a navegar.

lunes, 9 de septiembre de 2024

Las historias cortas de septiembre: "Sueños regios"

El otro día tuve un sueño. Soñaba que me hacía amiga del Rey Juan Carlos, y entonces se le caían los apuntes. Al ayudarle a recogerlos, compruebo que son de Historia. Le pregunto: “¿Pero qué haces?” Y él me reponde: “Estudio Historia. Es mi deber de rey”. Y entonces me descojono y le digo: “¡Pero no vale!¡Tú eres historia!¡Eso es trampa!” Al final del sueño, alguien pasaba por allí y me preguntaba si éramos amantes: ya lo que me faltaba, pensé, si podría ser mi abuelo.

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Otro sueño, esta vez, con el rey Felipe, comiendo una cena china con palillos. Yo le digo, “Claro, pero lo tuyo no tiene mérito, te lo habrán enseñado desde pequeño”. Es la segunda vez que sueño con el rey en una semana, ¿me estará pasando algo?¿Tendré yo, una republicana convencida, que no fanática, alguna relación extraña con la dinastía de los Borbones? Dice mi novio que quizás le meta estas andanzas al protagonista de algún libro, ¿quiere decir esto que me estoy convirtiendo en un personaje de novela?