lunes, 11 de noviembre de 2024

El libro (basado en hechos reales) de noviembre: "Grandes películas que jamás verás", de Simon Braund

El arte de hacer películas es uno de los más complicados de que llegue a buen término. No basta con tener una buena idea: hay que redactar un guión sólido, convencer a los actores adecuados, obtener la financiación, y conseguir que el pequeño milagro de poner las cámaras delante de la gente adecuada justo en el momento oportuno, finalmente, cristalice. Y aun así, todavía quedan por resolver buena parte de los problemas. Por supuesto, es un tema que a muchos nos fascina, y al que yo ya le había dedicado un post anterior. Sin embargo, ha caído en mis manos "Grandes películas que jamás verás", de Simón Braund, un libro que no sólo tiene la virtud de tratar de manera exhaustiva la historia de los proyectos sin rodar en Hollwyood: sino que, además, aporta detalles como incorporar hipotéticos pósters en los que además se mencionan intérpretes plausibles para el reparto. En ese sentido, es una de las perspectivas que más se aproximan al siempre atractivo "y si..." con el que nos encanta especular.

Por supuesto, hay películas fallidas que muchos conocemos: un par de Kubrick, numerosas de Orson Welles, el Nostromo de David Lean, varios films de los Hermanos Marx (incluyendo la locura de Billy Wilder "Un día en las Naciones Unidas"), la inacabada última cinta de Marylin Monroe... Otras, en cambio, han trascendido menos: un Napoleón alternativo de Chaplin, la segunda parte de Casablanca, La Guerra de los Mundos con los efectos especiales de Harry Harryhausen, una colaboración entre Alfred Hitchcock y Audrey Hepburn... Algunas de estas producciones fallidas supusieron el fin de estos proyectos, sin que nada se pudiera rescatar, bien porque la visión que aportaba el creador era única (como el Dune de Jodorowsky, el Leningrado y un remake de Lo que el viento se llevó de Sergio Leone, o el Who killed Bambi de los Sex Pistols), bien porque se hicieron otros films (versiones de Bond, Batman o Superman; películas sobre epidemias) que de alguna manera se solapan y hacen muy difícil retomarlas. En algunos casos, lo que ocurrió fue que guionistas o directores decidieron dedicar su esfuerzo a otras producciones en las cuales aprovecharon conceptos descartados: conocida es la historia de que Spielberg tomó el argumento de Night Skies y lo desdobló en E.T. y Poltergeist (aunque hay detalles también en la saga Gremlins); y también puede intuirse una inspiración general de la autocensurada cinta "El payaso que lloró" de Jerry Lewis en "La vida es bella" de Roberto Benigni. Otros films propuestos se han llevado a cabo, aunque no exactamente con la misma óptica: Una princesa de Marte mutó a John Carter, y Tim Robbins dirigió Craddle will rock, quizá de una manera más lograda que como pudo haber llegado a hacerla Orson Welles.

Las fases en las que se han interrumpido las películas tambíen han sido diversas: a veces los creadores tenían más una vaga noción de cómo hacer la cinta que posibilidades factibles de llevarla a cabo. Muchas se han volatilizado por diferencias creativas y guerras de ego entre los implicados, algunas porque el creador se lo pensó -o exigió- demasiado, y otras naufragaron en cuanto entró en juego el dinero. Hubo directores a los que no les dejaron rodar porque su anterior película había sido un fiasco; en determinados procesos intervinieron factores de timing, laborales, comerciales o climatológicos; y ciertos planes se desvanecieron sin una explicación evidente. En algunos casos, estaba hasta elegido el reparto y se habían hecho pruebas de cámara: por ejemplo, L'enfer de Clouzot se hallaba a medias, pero una infernal producción dio al traste con todo. Un caso excepcional es Nailed, de David O. Russell, que se encontraba prácticamente terminada, a falta de una escena fundamental (y quizá unas pocas para armonizar el conjunto), y se quedó paralizada desde entonces. En ese sentido, son proyectos muy difícilmente recuperables, bien porque los actores han envejecido, los directores se han muerto (para desgracia de Peckinpah o Fellini), o los titulares de los derechos se han enzarzado en una confusa batalla legal. Sin embargo, los años pasan, y siempre existe la posibilidad de que se reformulen antiguas opciones: después de todo, los libros (como The white jazz, To the white sea, The white hotel, El jardín de los cerezos o Black Hole) o los hechos reales (como el que se describe en el famoso monólogo de Quinn en Tiburón) permanecen allí para adaptarse, aunque es más difícil que conceptos muy vinculados a su época (el Crusade de Schwarzeneger y Verhoeven) o propuestas que asustaron mucho a Hollywood (la telúrica versión de La tempestad de Michael Powell, un Star Trek extremadamente filosófico) lleguen a ver la luz.

Una de las cuestiones llamativas del libro, por otra parte, es que en el mundo siempre cambiante del cine, donde los proyectos permanecen eternamente en la caja de "historias para resucitar", unas cuantas de las películas que parecían imposibles de realizarse -en el año 2013 en que se publicó el texto- se han llevado finalmente a cabo: entre ellas Megalópolis de Francis Ford Coppola, Killing Pablo, Gemini Man, El hombre que mató a Don Quijote del adicto a los proyectos interrumpidos Terry Gilliam, El juicio de los 7 de Chicago (con algunas coincidencias en el reparto originalmente planificado), varios films de DC, El Alienista (aunque como serie de televisión) y Gladiator 2 (eso sí, con un guion muy diferente del propuesto de manera inicial). De hecho, hay historias hoy en día que aún se esperan, como una adaptación del videojuego Halo, o que lleguen a buen puerto Frank o Francis (de Charlie Kaufman), Torso y Cita con Rama de David Fincher, o un viejo guión muy alabado denominado Edward Ford. Otras posibilidades, en cambio, como un último episodio de la Pantera Rosa con Peter Sellers, a lo mejor han salido mejor paradas al no ver la luz. También está el caso de "La conjura de los necios", que tiene la leyenda de haber inducido a la desgracia a todos los que se han visto involucrados en ella (en algunos casos con resultado de muerte, y otros sólo con patinazos artísticos); o proyectos tan masivos que intimidan, como Shantaram, la cual sigue planteando hoy en día si constituirá un fiasco descomunal, un magnífico triunfo artístico, o una subyugante mezcla de las dos cosas. En todas las películas que se describen en este libro, desde luego, había cosas que fallaban -porque, si no, al final hubieran salido adelante-; pero, teniendo en cuenta el nivel de otras historias que sí terminaron de materializarse, y la audacia que exhibían algunos de estos films imposibles, desde luego, uno se queda con la curiosidad de echarles un vistazo.

Algunos proyectos fallidos se han homenajeado en otras películas: The Flash por fin mostraba a Nicholas Cage, en pantalla grande, en el papel de Superman, tal y como lo imaginó Tim Burton; y Deadpool vs Lobezno rendía a tributo a Channing Tatum en su empeño de caracterizar un personaje de Marvel.

Eisenstein, Wong Kar-Wai, Kevin Smith, Carl Dreyer, David Lynch, los Beatles, se han visto embarcados en varios de estas odiseas que no finalizaron con el retorno del héroe a casa. Sin embargo, esto sólo sirve para recordarnos lo frágil que es la creación artística, y por tanto lo emocionante que es que continúen llegando a nuestras pantallas nuevas películas y, de vez en cuando, buenas historias. Y brindemos porque fluyan muchas más.

viernes, 1 de noviembre de 2024

Una vida de libros: Terry Pratchett en "El Gato de Hubble"

Era raro que en "El Gato de Hubble" no le dedicáramos un capítulo a Terry Pratchett, un escritor de fantasía que (por muchas razones que desgranaremos a lo largo del programa) tiene mucho que ver con la ciencia, pero sobre todo con el sentido del humor y una forma muy curiosa de entender el universo y la existencia en general. En este episodio, hablaremos de su biografía, y por supuesto de su obra: entre otras muchas cosas, Dani os contará la curiosa relación de Terry con la tecnología, Almudena hablará a fondo de "Buenos Presagios"*, y yo daré vueltas a partir de lo que he leído no sólo de su literatura, sino de la biografía "Terry Pratchett. Una vida con notas al pie", que recomiendo tanto para los fans de Terry como los que anden interesados en descubrirle. Por supuesto, también os incito a leer toda su obra, tanto la famosa saga del Mundodisco -resumida en la imagen de abajo- como otros textos, los cuales incluyen libros para adultos, pero también infantiles y juveniles**, algunos de las cuales todavía tengo pendientes. Así que espero que disfrutéis con cómo, a lo largo del programa, hablamos de Terry, y cómo a ratos nos salimos por la tangente, lo cual veo muy lógico porque, cuando empiezas a hablar de libros y de buenos escritores, es normal que tiendas a hablar también de todo lo demás. Esa es la magia de las historias reales, de las imaginarias, y de la vida y la Muerte (en este caso en mayúscula) a sus múltiples niveles. Os dejo con el podcast: espero que os saque una sonrisa.


*Como nota al pie (como veréis, las notas al pie son importantes para Terry y para este programa), incluyo algo que no mencioné en el podcast: en "Buenos Presagios", Pratchett y Gaiman se lanzaban elogios por las partes que había escrito el otro... pero también tenían disputas a raíz de secciones que, según cada uno, ellos no habían redactado, y que parecían haber surgido de la nada y adquirido vida propia. Ojo, que no se peleaban porque no les gustaran, sino al contrario, porque les encantaban. Es lo que tiene escribir un libro a cuatro manos sobre asuntos demoníacos: nunca se sabe quién puede haber metido las pezuñas en ello.

**Añado que Terry es un autor difícil de clasificar en cuanto a edad, porque se habla mucho de que su literatura es "juvenil", pero en realidad la mayoría de los libros son disfrutables por todo tipo de edades, y sobre todo por adultos. Eso sí, Terry Pratchett le daba mucha importancia a la literatura infantil y juvenil -lo consideraba un retorno en agradecimiento a esos autores que le fascinaron de pequeño y le incitaron a la lectura- y tiene voluménes específicos de esos géneros que han sido muy aplaudidos (como "Nación", "Solo tú puedes salvar el mundo", los libros de Johnny, y los de Tiffany Dolorido), aunue no los mencionemos demasiado en el podcast.

Guía de orden de lectura del Mundodisco que ha encontrado Almudena, aunque los tres éramos conscientes de la existencia de varios esquemas distintos: desconozco de dónde procede ésta en concreto -yo la he localizado aquí-, hay versión en español, y como véis ahí se marca por dónde recomendaba empezar Terry ("Rechicero", una de mis favoritas). En este mapa conceptual se clasifican los distintos tipos de obras, incluyendo algunas que son ampliaciones (por ejemplo, un cuento infantil -"¿Dónde está mi vaca?"- que sale nombrado en una de las novelas, o el famoso libro de cocina de Tata Ogg, que puedo recomendar en primera persona, tanto en cuanto a recetas como a hallarse a la altura del desternillante personaje que supuestamente lo ha escrito). Hay también incluidas -como mencionaba Almudena al final del programa- libros ilustrados, cuentos, etc..., que no he contabilizado como parte del Mundodisco cuando hablaba de él porque no son "historias largas" (novelas/aventuras gráficas) propiamente dichas, pero, obviamente, también forman parte del universo.