lunes, 24 de junio de 2024

Nuevos episodios del "El Gato de Hubble": "Hemos venido a jugar" 1 y 2, o el mundo de los videojuegos.

Bienvenidos a otro apasionante podcast de El gato de Hubble, donde hablaremos de un arte y un entretenimiento que seguramente ha ocupado horas de vuestras vidas: los videojuegos, y todo lo que conllevan. Lo haremos a través de dos episodios (parte 1 y parte 2) que siguen más o menos el orden cronológico de cómo han evolucionado los videojuegos y las máquinas donde jugarlos, y responden a múltiples preguntas sobre el mundillo. Por ejemplo, ¿queréis saber por qué el famoso Mario de Nintendo debía tener esa apariencia y no otra?¿O si es verdad la leyenda urbana sobre las copias enterradas bajo tierra del horripilante juego de "E.T."?¿Oísteis hablar de la época "macarra" de los videojuegos?¿Os apetece descubrir cómo boomers y millenials tuvieron que enfrentarse a problemas que hoy en día se solucionan con sólo apretarle a un botón? A lo mejor os interesa averiguar quiénes fueron los grandes ganadores y perdedores de la "guerra de las consolas" para que podáis entender mejor el debate que Sheldon Cooper establece con sus amigos al respecto:

Lo cierto es que los videojuegos nos han influido más de lo que creemos, incluso a los que no seamos muy asiduos de los mismos. Por ejemplo, el sistema de comunicación Discord (que hoy sirve lo mismo para reuniones online que para grabar podcasts) nació como una manera de que los jugadores de World of Warcraft y otros títulos pudieran compartir partidas online. Y qué decir del negocio que generan, y cómo han ayudado a desarrollar otras ciencias con enormes aplicaciones en otros campos. Para los que amáis la tecnología, os sorprenderá saber cómo ciertas dinámicas de juego se han creado en función de las limitaciones físicas, económicas y demográficas con las que se han topado los desarrolladores. En definitiva, creo que vais a aprender y os vais a reír, y además os daremos recomendaciones culturales (incluyendo videojuegos) con los que hacer lo mismo: y todo eso, sin que tengáis que insertar ni una sola moneda. Avanzad, si queréis saber más, a la siguiente pantalla.

lunes, 17 de junio de 2024

Las historias cortas de junio: "Mi mendiga de la peluca de colores"

            Hay una mendiga que siempre está rondando Plaza Castilla. Normalmente, los mendigos visten ropas marrones, muy normales, de esas típicas que les regalan en las instituciones de caridad. Sin embargo, ésta se dedicaba a peregrinar por los múltiples albergues e iglesias, y solía encontrar prendas muy hippies, como faldas de colores -largas hasta la rodilla-, que se ponía en sus largos paseos por Mateo Inurria, en los cuales la gente hacía gestos ex profeso para no mirarla mientras ella hablaba sola (es curioso, nunca he visto a dos mendigos hablar entre sí, solo hablar solos; pero eso, quizás, significa que no he visto suficientes mendigos), y paseaba dando vueltas, moviéndose y brincando por los rincones. Sin embargo, un día, habiendo pasado muy recientemente los carnavales, la mendiga, de habitual pelo corto -para evitar que la atacasen los piojos-, se encontró una peluca de colores (sobre todo violetas, encarnados, morados, amarillos, todos muy vivos), y tirabuzones. Entonces ella se la puso, y comenzó, como siempre, a dar saltos, a dar brincos por ahí, y a echarse los tirabuzones a un lado, por encima de los hombros. Llevaba, además, sobre el rostro, una máscara de carnaval, que había encontrado en la basura, con una media sonrisa y una media pena. Y esta vez la gente la miraba atentamente, pero no era porque consideraban que estaba loca, sino porque estaba guapísima, y les encantaba verla saltar así...

            Cuando ella se miró al espejo, antes de salir a la calle, se dio cuenta por primera vez que tenía aspecto de mujer. Pero para ello, debían mirarla primero como si fuera persona...

*

            La mendiga de la peluca de colores ya no la lleva: se la ha puesto a la Cibeles, y le ha dicho, “Estos días hace mucho frío. Tú pasas más tiempo en la calle que yo...”

            La Cibeles, ahora, lleva puesta la peluca de la mendiga. Sobre esa peluca han anidado, extrañamente, una pareja de frailecillos, a quienes todos creían especie propia de mar. Atentos como están los transeúntes a los frailecillos, no se han fijado en si la diosa ha alterado su inmutable expresión por, tal vez, un guiño a la galería...

lunes, 10 de junio de 2024

El relato de junio: "Porque sabe el diablo más..."

         Mi hija tiene de novio a un genio malvado.

         Para ser concretos, me ha traído a mi casa al diablo.

         Y no me refiero al diablo, “ese tipo es muy malo, muy malo”, no. Me refiero a Belcebú. A Lucifer. A Satanás. Con cuernos, pezuñas y una cola que cada vez que pasa por el aparador amenaza con tirar un jarrón. Me ha traído a mi casa al mismo demonio. Como se pueden figurar, estoy consternado.

            Cuando me enteré, yo le dije:

-Pero hija, ¿cómo puedes hacerme esto?¿Es que no sabe que en tu casa hemos sido siempre católicos de toda la vida?¿Cómo puedes traernos a ese... a ese ser repugnante a casa?

-Papá, no le llames ser repugnante, yo le quiero... 

-Pero hija, ¿no te acuerdas de cuando, hace un par de años, Belcebú trató de conquistar el mundo? Estuvo a punto de lograrlo, la ONU le declaró persona non grata para el género humano, le acusaron de crímenes de guerra, menos mal que al final desistió a tiempo antes de ocasionar una desgracia...

-Ay, papá, todo eso ya ha pasado. Luci ya es un chico común y corriente, desde que me conoce ya no tiene más ambiciones que la vida familiar. Por decirte que su afición más excitante es apoltronarse en el sillón los domingos por la tarde, en lugar de contentar a su gatita...

-¡Dios mío, hija, ¿cómo puedes hablarme de esas cosas?!¿Cómo puedes practicar el sexo con ese engendro tan terrible?¿Con qué te agarra, con esas pezuñas, con esa cola...?

-Hombre, papá, Luci puede convertirse en un ángel caído de torso musculoso y ricitos dorados en cuanto quiera... Pero a mí la versión que me gusta más particularmente es cuando se disfraza de enano perverso y entonces...

-¡Calla, hija, calla!¡No quiero escucharlo!-protesto y salgo rápidamente de la estancia con las orejas tapadas.

Cuando lo hablé con mi mujer, ésta, para mi sorpresa, tampoco parecía darle excesiva importancia:

-¡Pero Marisa, es un ser demoníaco!

-Ay, Fernando, espera un poco antes de juzgar al muchacho... Vamos a invitarle a cenar esta noche, a ver qué te parece.

-¿Invitarle?¿A cenar?¿Sentar a mi mesa a Azazel?¿Pero de qué estás hablando?¿Qué quieres darle comer, un becerro ensangrentado?

-Patricia me ha dicho que prefiere bastante más las ensaladitas...

-¡Me niego a compartir mantel con un ser del averno!

-Pues como quieras, querido, pero esta noche te había preparado tu plato preferido...

-¡No cederé a ese chantaje!

-... claro que a lo mejor es un plato demasiado pesado, teniendo en cuenta que hoy corres el riesgo de dormir en el sofá... No siempre es cómodo para según qué digestiones.

Al final me dejé convencer. Después de todo, sólo durante la cena podía tratar de encontrarle algún punto flaco a aquel tentador de Cristos para así convencer a las mujeres de mi casa que aquel noviazgo era una locura.

Cuando entró en mi casa, desde luego, he de confesarlo, se comportó de manera encantadora. Exhibió excelentes modales, no expulsó fuego por la boca, e incluso se había recortado los extremos del bigote, dándole una apariencia muy elegante, de no ser quizás por los cuernos... ¡Pero ése no es el tema!

-Bueno, Lucifer... Si es que puedo llamarte así... ¿O prefieres que te nombre como señor malvado del universo?

-No, no, con Lucifer está bien. En cuanto a tí, Fernando, si me lo permites, ¿podría llamarte papá?

Me empezaba a hervir la sangre, y mi cara se ponía roja como la de un pez de colores. Intenté provocarle un poco más.

-En esta casa rezamos siempre al inicio del almuerzo, Belcebú –le espeté-. ¿Querrías leer algún fragmento de la Biblia para complacernos, o te molesta demasiado? Porque claro, me figuro que no será santo de tu devoción, y perdona la expresión.

-Uy, papá, si Luci se sabe toda la Biblia del derecho y del revés, me aburre continuamente recitándome pasajes y pasajes... Estoy ya hasta las narices de esto.

-A Patricia no le apasiona demasiado –aclaró el demonio-, pero yo considero que es la mejor comedia de todos los tiempos. ¿Para cuándo sacan la tercera parte?

Me agité incómodo en mi asiento. Planteé entonces otro tema de conversación.

-¿Y qué planes tienes para el futuro?¿Qué es lo que vas a hacer en estos... próximos milenios?

-Oh, nada muy espectacular, supongo. Seguir administrando las almas que llegan al infierno. Asesorar a la Iglesia católica en un par de puntos mensuales... La próxima semana pretendemos modificar el contrato tipo de venta de almas, vamos a cambiar cosas basándonos en el sistema de las compañías de móviles, funciona mucho mejor. En cuanto al Apocalipsis, nos lo planteamos a algo más largo plazo...

-Yo pensaba que de eso se ocupaba Dios...

El diablo colocó una expresión de sorpresa y de cierto pudor en el rostro.

-Ah, pero, ¿todavía seguís creyendo en esa superstición?...

Mi explosión en la cocina fue antológica.

-¡Marisa, tiene que marcharse!

-Espera al menos que se termine el postre...

-¿Pero has visto las cosas que estás diciendo?

-¿Y tú has visto qué bien me come?¡Nadie me había alabado tanto mis platos!¡Ni siquiera tú, Fernando! Es un chico atento y considerado.

-¡No volverá a poner los pies en esta casa!

-Pues lo dudo mucho, querido, porque lo vas a tener de yerno, y yo no quiero que Patricia deje de venir por aquí...

-¿Qué... de yer...?

-Todavía no saben si por la iglesia católica o por lo civil... Patricia es más de hacerlo desnudos en una playa, pero Luci dice que la tradición es la tradición...

-¿Luci?¿Luci?

Me encontraba desolado. El abrazo acogedor de Satán, no me reconfortó ni lo más mínimo.

-¿Qué tal, suegro? Si quieres, puedo ofrecerte algún carguito. Nada muy engorroso, no te preocupes, y bien pagado... Presidente de Estados Unidos, del Fondo Monetario Internacional... Incluso director general de Ikea, si prefieres algo de mayor responsabilidad...

Pero no, me dije a mí mismo, esto no puede continuar. Y por eso, comencé a investigar los archivos para averiguar los motivos por los cuales Luci, digo, Satanás, había renunciado a conquistar el mundo hace un par de años. Y una vez los descubrí, recurrí entonces a lo único que me podría librar de este Tártaro particular. Pero parecía que ni siquiera eso me iba a salvar: la boda se iba a celebrar pronto, demasiado pronto.

La ceremonia –que fue financiada en exclusiva por el novio-, tuvo más de mil invitados, incluyendo pintores atormentados, productores de cine aún vivos, Jimi Hendrix se encontraba demasiado borracho para venir. El sacerdote, un reputado Sumo Pontífice viejo amigo del novio, estaba a punto de declararles marido y mujer... Las gotas de sudor se agolpaban sobre mi frente, pensaba que me iba a dar una taquicardia allí mismo, menos mal que media plantilla del Monte Sinaí se encontraba por allí. Pero en el último momento, una llamada telefónica lo detuvo todo.

-Sí, perdón, perdón, es mi móvil, voy a ver quién es –se disculpó Satán-. ¿Ah, eres tú?¿Qué pasa, qué querías?

Y la cara del demonio -a pesar de ser normalmente roja-, de la lividez, se tornó de un rosado monísimo.

-¿Có... cómo?¿Pero...? Sí. Entiendo. Entiendo. Sí, claro, por supuesto, comprendo. De acuerdo, si insistes.... Muy bien. Nos vemos entonces.

Colgó. Entonces, volvió la cabeza hacia Patricia, y le dijo:

-Lo siento, Patricia. No podemos casarnos.

Los ojos de Patricia se llenaron de lágrimas.

-Pero Luci... Luci, yo te quiero...

-Ya lo sé, cariño... Pero tengo que marcharme. Discúlpame, algún día te lo explicaré todo...

Y se marchó corriendo, dejando a la concurrencia cuchicheando incansable acerca del incidente. Mi mujer acudió consternada a auxiliar a mi hija –y a ofrecerle pastitas a los diablos menores-, mientras que la abuela del novio trató de manera insistente -más aún que durante la boda-, de meterme mano en el paquete. Pero a mí no me importaba. Mis gestiones habían dado resultado. La persona a la que había llamado, por fin me había hecho un favor.

Y era que mi futuro yerno no se había podido casar, por la misma persona que le prohibió en su día conquistar el mundo, y que era la dueña absoluta de sus acciones...

Porque lo que poca gente sospecha, y era lo que yo me había intuido, es que el diablo, en tiempos pretéritos, le había vendido el alma a Bill Gates.

Porque sabe el diablo más...

sábado, 1 de junio de 2024

Los libros son para el verano: unas recomendaciones literarias rápidas

Para que no digáis que os faltan libros de cara al verano o al curso (escolar/laboral) que viene, unas cuantas recomendaciones cortas de libros variados:

-Relatos de diez mundos, de Arthur C. Clarke, es una variada exploración de muchas de las posibilidades de la ciencia ficción a partir de uno de sus mejores narradores. En casi todos, sin embargo, la Tierra resulta fundamental -porque ¿qué viajero es aquel que no mira de reojo siempre a casa?

-La gran serpiente, escrita por Pierre Lemaitre cuando no se había hecho tan famoso y no le publicaban con facilidad las novelas, fue su última incursión en la novela negra, y quiso hacerlo apoyándose en la historia de Francia (un pasión con la que luego prosiguió), el poder de la casualidad, y abundantes dosis de humor negro. 

-Una escritora en la cocina, de Laurie Colwin. Normalmente no me animaría a hojear lo que, en buena medida (pero no toda: cada capítulo trata sobre un aspecto del mundo culinario), es un libro de recetas de cocina, salpimentado de opiniones personales de la autora sobre el noble arte de la gastronomía. No obstante, Colwin lo hace con tanto entusiasmo, dedicación, y (por qué no decirlo) elegancia, que leerlo se convierte en una delicia. Incluso los que sólo revisamos las recetas en diagonal -a pesar de que, dentro de ellas, encuentras frases interesantes-, o diferimos de su opinión sobre la comida inglesa, podremos encontrar deleite en sus páginas, trufadas de tanta ironía como amor por la comida.

-El periodista español Xabier Moret fue invitado por un amigo a pasar un rato en Islandia, mientras terminaba una novela. Fruto de su aprendizaje sobre el país nació La isla secreta, un libro ideal para aquellos que quieran empaparse acerca de esta desconocida y sorprendente región del mundo, e ideal para quienes pretendan informarse de cara a una visita. Por otra parte, Moret creyó necesario volver a este territorio de hielo y fuego para contar no sólo cosas que le faltaban, sino cómo atravesó Islandia la crisis de 2008, y lo expuso en Islandia, revolución bajo el volcán, que resulta un buen complemento. Y, hoy en día, en que somos testigos de cómo las burbujas inmobiliarias amenazan con repetirse porque no aprendemos de nuestros errores, no resulta nada desactualizado.

-Adiós, muchachos son una especie de memorias de Sergio Ramírez, escritor (autor de, entre otros, un libro estupendo llamado "Sara", donde reivindica desde un punto de vista feminista a este personaje de la Biblia) que llegó a ser vicepresidente de Nicaragua durante la revolución sandinista. Ramírez narra el período en que el Frente Sandinista se preparó para tomar el poder frente a la dictadura de Somoza, lo logró, y cómo administró el país para llevarlo a una democracia en la que, más adelante, perdieron el poder tras un mal resultado electoral. Es complicado narrar la propia historia de un movimiento cuando tú mismo estás inmerso en él, pero da la sensación de que Ramírez trata de ser sincero tanto en la bondad de las intenciones de la revolución como en sus fracasos a la hora de conseguir sus objetivos, incluyendo las luchas de poder dentro del sandinismo y sus aliados, los errores a nivel político y económico o el reconocimiento de que hubo cosas que pudieron hacerse mejor. Y por eso, aunque sin duda es una versión subjetiva y seguramente influida por cuestiones que ocurrieron a posteriori, merece la pena echarle un vistazo a la intrahistoria de esta peculiar revolución.