Llegué a David Mitchell, como supongo que muchos lectores, a partir de la adaptación de su obra "El atlas de las nubes", llevada al cine por las hoy hermanas Wachowski. El film me gustó mucho, aunque antes de ponerme con ese libro quise aproximarme a una historia distinta de este autor que, según dicen, ambienta todas sus historias en el mismo universo. De ahí que empezara con "La casa del callejón", y luego siguiera con "El atlas de las nubes" (de cuya versión cinematográfica, he de confesar, no me acordaba de casi nada, salvo de la impresión que me dejó y un par de escenas, cuando inicié el libro). Ahora, un análisis comparado de ambas obras que quizás os pueda servir para aventuraros a empezar con alguna:
-Punto 1: David Mitchell escribe bien. En particular, cuando se centra en un tipo particular de personaje: culto, educado, experimentado, sarcástico, orgulloso, de modales exquisitos, puede que algo misántropo y, por qué no decirlo, con frecuencia un poco cínico. Allí da rienda suelta a sus mejores frases y a su retórica más excelsa, llena de disgresiones y de referencias culturales. También es capaz de adaptar su lenguaje a otro tipo de individuos, pues le gusta emplear personajes (e hitos temporales) de registros contrapuestos en estas dos obras, que en el fondo son sinfonías polifónicas. Pero se aprecia con claridad que necesita retornar, cada cierto tiempo, a ese tipo de voz.
-Punto 2: a David Mitchell le encantan las estructuras, las conexiones, las composiciones con aroma de tonada musical. En "El atlas de las nubes" monta un libro encajado dentro de de un libro y dentro de otro, como una serie de muñecas rusas que generan una obra simétrica y a su vez vertebrada por un hilo conductor y un tema único. El sistema, aunque ingenioso, resulta un punto efectista (como él mismo se atreve a postular de modo irónico en el propio texto). Quizás por eso el método que empleó la película -la cual alternaba, en el montaje, el devenir de las historias encadenadas entre sí- funciona mejor tanto en el propósito de transmitir el mensaje como para engarzar los relatos en una narrativa común. En ese sentido, quizás la adaptación haya resultado más potente que el original (excesivo en algunos momentos), aunque el libro añada matices y frases sugerentes, y sea más explícito, sobre todo en su sección final. En cuanto a "La casa del callejón", en el fondo es como un poema donde cada verso rima, pues contiene una estructura similar al episodio anterior, además de hacer recapitulación de lo ocurrido. De todas maneras, la historia va avanzando poco a poco, y por eso lo seguimos leyendo, para ver cómo acaba.
-Punto 3: a David Mitchell le interesan la ciencia ficción, la fantasía, el futuro y las alternativas, pero siempre partiendo de una base histórica. Le gusta experimentar con los distintos modos de emplear el lenguaje, y también con diversos géneros. Así, "La casa en el callejón" es una variación muy rebuscada del modelo de mansión encantada. "El atlas de las nubes" se atreve con diferentes siglos, y con aproximaciones variadas al modo de desplegar una narración. Además, juguetea con el misterio, y muestra perspectivas posibles sobre la evolución del ser humano a largo plazo.
En definitiva, son dos libros que recomiendo. "La casa en el callejón" es más simple en su concepción (quizás tome prestado de otras ficciones), pero quizás por eso cierra con más facilidad el círculo. "El atlas de las nubes" pretende ser una obra más compleja, y lo es, pero eso le hace cojear en algunos puntos, y que se adviertan de refilón ciertos pespuntes. En ambos casos, el lector no perderá el tiempo con su lectura, y le gustará llegar al final. Aunque, eso su caso, y con "El atlas de las nubes", yo empezaría antes con la película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario