Esta vez no me pillan
La
noche se presentaba insomne para Carla. Probablemente la más larga que llevaba
en sus tiernos seis años de vida. No era una jornada agradable, para ella, la
víspera de la llegada de los tres Reyes Magos. Pese a lo que dijeran sus padres
y sonrieran los otros niños, que se metieran unos extraños en su casa no le
hacía la más mínima gracia. Su primera noche de Reyes la pasó en su cama
desvelada, armada con una espumadera de cocina. Al Ratoncito Pérez le había
tolerado porque no superaba los diez centímetros de altura, pero eso no evitó
que colocara algunas trampas. Sus padres habían intentado insinuarle, los días
previos, que no se preocupase, que en esta ocasión los Reyes a lo mejor no venían,
que en esta ocasión puede que no hubiera regalos; pero ella sabía que le
mentían, que sólo lo decían para no preocuparla. Así que esta vez se preparó:
se encerró en un armario, bien armada con su tirachinas, esperando a que
acudieran aquellos criminales. Con la tensión agotadora de tener que esperar su
llegada, se quedó dormida. A partir de ese momento, los recuerdos fueron sólo
fragmentarios. Carla había visto con claridad absoluta, entre parpadeo y
parpadeo de ojos, cómo alguien había abierto el armario y, muy cuidadosamente,
la cogía en brazos y la llevaba a su cuarto. Carla recordaba las manos negras
del hombre sosteniendo con delicadeza sus hombros, introduciéndola en la cama y
arropándola para que no cogiera frío. Cuando al día siguiente se lo contó a sus
padres, éstos le hicieron jurar que aquella historia era real y no una
fantasía, y en cuanto se convencieron, encargaron la instalación de una alarma,
una cámara de seguridad y rejas en las ventanas. Carla, en cambio, no compartía
esa visión: ahora estaba encantada con los Reyes Magos, que se habían mostrado
muy amables con ella, y además habían dejado unos pocos regalos. Y mientras sus
padres se peleaban histéricos, y resonaban sus gritos por toda la casa, ella ya
aguardaba ansiosa el próximo año, pues estaba deseando que pasaran por allí una
vez más…
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