lunes, 6 de febrero de 2017

La historia corta de febrero: "Sueños de oficina"

Sueños de oficina

En aquel severo y circunspecto despacho de abogados, la rutina evolucionaba con normalidad. Cada hombre o mujer de leyes trabajaba en su cubículo, ajeno a lo que acontecía a su alrededor. Todos vestían pulcra, elegantemente, con vestidos de alta gama, igual que de alta gama eran sus relojes, sus coches, y también cada aspecto de su vida, como por fuerza debía ser. De fondo, en un volumen suficientemente alto para que todos los oyeran, resonaba la apacible y armoniosa música clásica procedente del despacho de Don Rodrigo, relajante, tranquila, desplazándose entre los silenciosos módulos con la misma sutileza que un cervatillo entre los robledales…
Así transcurría el día hasta que, de uno de los ordenadores, se soltaron sin querer unos cascos musicales, y el sonido procedente del ordenador comenzó a escucharse:
-¡SI SEÑOR! La revolución, ¡SI SEÑOR!,¡SI SEÑOR!, somos la revolución, tu enemigo es el patrón
Todos volvieron la vista hacia el mismo lado, donde la joven y discreta abogada a quien se le había soltado el cable bajaba con rapidez la música al mínimo, y sonreía con las mejillas algo enrojecidas.

Los abogados volvieron al trabajo, como si nada de esto acabara de pasar…

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