El recientemente fallecido Andrea Camilleri fue sobre todo conocido por la creación del comisario Montalbano, homenaje al escritor catalán Manuel Vázquez Montalbán (cuánto le echamos de menos) y a su célebre personaje, el detective Carvalho. Montalbano, respecto a su homólogo gallego residente en Barcelona, tenía varias cosas en común: en primer lugar, una desmedida afición por la cocina (especialmente en su vertiente local, degustando arancini, canoli, boquerones y mariscos variados cada vez que se le presentaba la ocasión). Y, como segundo punto a anotar, una capacidad innata para captar los aspectos más oscuros del hombre a través los crímenes que se producen en su entorno, los cuales constituyen un reflejo de la sociedad y problemática local, factor que, hablando de Sicilia, es decir mucho. Montalbano se ha enfrentado a la mafia, a los que pretenden barrer sus delitos debajo de la alfombra de la mafia, a los políticos corruptos, a los periodistas comprados, y también a las bajas pasiones humanas (codicia, amor y sexo incluidos) que se pueden encontrar en cada individuo. De Montalbano se publicaron -y se publicarán, pues por lo visto la pasión por escribir de Camilleri era compulsiva- decenas de libros y relatos, de los cuales os puedo recomendar alguno: "El olor de la noche" (con un curioso juego literario basado en un relato de Faulkner), "La paciencia de la araña", "Un nido de víboras", "El ladrón de meriendas", "La forma del agua", etcétera, etcétera. Pero Camilleri también escribió otros libros que no tenían nada que ver con Montalbano y que ni siquiera pertenecían misterio. Entre otros, "La revolución de la luna", que tuve la oportunidad de leer en un viaje a Sicilia, ya que no pude encontrar mejor ocasión.
"La revolución de la luna" se basa en un hecho real, aunque Camilleri lo adapta para consagrarlo a sus propósitos. En la época en que en España reinaba Carlos II, Sicilia estaba sometida bajo el dominio español, quien tenía a un virrey al cargo para que organizara el territorio. El virrey, sin embargo, contaba relativamente con poco peso político, pues los virreyes van y vienen, y los nobles locales, obispos, etc, permanecían día tras día, haciendo y deshaciendo a su antojo, consiguiendo de variadas maneras llegar a acuerdos con el virrey, o directamente estafarlo. Un día, el virrey muere y, por una serie de carambolas, es su mujer la que hereda el puesto. A partir de ahora, esta mujer va a revolucionar la forma de hacer las cosas en Sicilia, pero por supuesto no le van a faltar enemigos, a los que hará frente con mucho ingenuo, astucia, y unos cuantos y poderosos aliados.
Una breve anécdota histórica que habla sobre el poder, el feminismo, la admiración, el respecto, los personajes fuertes y la forma en que, de vez en cuando, los desposeídos pueden conseguir revertir la tendencia general y obtener de vez, de manera ocasional, una breve victoria. Recomendable para leer en Sicilia, o en casi cualquier sitio.
Posdata: en el de caso de que, por Camilleri, porque habéis viajado allí, o a causa de cualquier cosa, quedáis como yo también fascinados por Sicilia, podéis acercaros también a la isla a través de "Gotas de Sicilia", un conjunto de cuentos, historias y vivencias de Camilleri, ambientadas en su tierra natal. Disfrutadlas.
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