Un niño, hijo de madre mexicana y residente
en España, está mirando la televisión, donde están retransmitiendo un programa-debate
sobre inmigración.
El
niño le pregunta entonces a su madre:
-Mamá,
¿nosotros qué opinamos de inmigración? Porque claro, nosotros no somos
racistas...
La
madre, muy sorprendida, le responde de manera casi inmediata:
-Pero
hijo mío, ¿qué voy a opinar de la inmigración?¡Si yo soy de Ciudad de México!
Y
el niño, con una mirada de angustia en la cara, tan sólo acierta a contestar:
-¡No!
Tú eres mexicana, pero no, no eres inmigrante. ¡No eres inmigrante!¡Noooo!
Para,
a continuación, después de no respirar durante unos instantes, y colocar una
mueca rara en nariz y boca para evitar las derramar las lágrimas, acabar por
preguntar:
-¿Entonces,
yo soy hijo de inmigrantes?¡BUAAAA!-berreó al fin a voz en grito, y sorbiéndose
los mocos. La madre no sabía si consolar a su hijo, o simplemente
desternillarse de risa.
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