Unas cuantas recomendaciones de regalos de Reyes, ya sea para otros... o para vosotros mismos, que el amor bien entendido siempre empieza por el cariño a uno mismo. Espero que alguno os cuadre:
-Conquistadores secundarios. Muchos conocéis a Javier Traité (yo en concreto lo hice a través de El condensador de fluzo; por cierto, su estilo de escritura me recordó mucho a sus participaciones en el programa), pero quizá no sepáis de este divertidísimo libro en el que este autor escudriña a aquellos conquistadores que -más allá de Colón, Cortés y Pizarro- invadieron, saquearon y esquilmaron poblaciones al mismo tiempo que se perdieron, se tragaron toda clase de embustes y pasaron más hambre que el perro de un ciego. Cargado de ironía a la par que inspirado en las crónicas oficiales (las cuales con frecuencia pone en cuestión), nos muestra que la conquista de América fue menos una epopeya que un conjunto de equívocos, disputas absurdas y obsesiones -sobre todo, alrededor del oro- donde los españoles se comportaron de manera tan indómita como idiota. Hilarante a la vez que instructivo.
-Historia irreverente del arte. El título del libro de Alberto Garín (subtitulado "De la caída del Imperio Romano de Occidente al final de la Edad Media") conduce en parte a equívoco. Porque no se trata de un texto que se tome a mofa el mundo del arte: al contrario, lo que hace es irse a las razones básicas por las cuales los distintos movimientos artísticos adoptaron ciertas maneras. Explica el origen de cúpulas, arcos ojivales o variaciones de la planta de las iglesias en función de las intenciones políticas, sociales y religiosas de las personas que ordenaron edificar estas estructuras, así como de la influencia mutua que los diferentes pueblos iban ejerciéndose entre sí. Un libro muy ilustrador acerca del origen de determinados conceptos, si bien la parte del románico (a lo mejor es porque no soy un fan de este estilo), o las genealogías de determinados reinos, no resultan tan interesante como otros apartados.
-El asesinato de mi tía. Richard Hull fue ayudante de Agatha Christie, y se nota conforme uno lee esta novela, repleta de sutil ironía, implacable humor negro y un poco de ridículamente cómico costumbrismo británico. El argumento: el protagonista es un tipo perezoso, esnob y mezquino que depende por completo (a nivel económico) de su tía, insufrible, metomentoda y tan mezquina -a tenor de lo que cuenta su sobrino- como él. Entre ambos irritantes personajes tiene por fuerza que haber choques, pero llega un momento en que el protagonista considera que la única manera de resolver la situación es desembarazarse de su pariente. Sin embargo, va a comprobar que cometer un asesinato no es tan sencillo como uno hubiera imaginado. Para amantes del humor macabro y con un punto perverso.
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