Tengo
sueños
El otro día soñé con unos animales
terribles.
Tenían el aspecto de un inmenso
perro, de ésos cubiertos de pelo por todas partes, sobre todo en las cejas, que
eran gruesas y del mismo color castaño
del pelo, tan profusas que hasta les cubrían los ojos. Pero lo más llamativo de
estos seres es que eran de un tamaño descomunal para su especie, como la mitad
de un ser humano, y que poseían unos dientes afiladísimos, sobre todo un par de
colmillos situados a ambos lados y procedentes de la mandíbula inferior, dos caninos
que asemejaban puñales a punto de clavarse sobre el primer ser humano que encontrasen
a mano. Estos animales, en sus luchas intestinas, eran también agresivos,
salvajes, los colmillos se clavaban sobre la piel de sus rivales, y sin embargo
a ratos, cuando no había enfrentamiento, podían ser estremecedoramente tiernos,
y sus lenguas se cruzaban en cariñosos lametazos, con las terribles cuchillas
que tenían en sus fauces como testigos mudos del amor entre aquellas criaturas
que parecían surgidas del abismo.
Lo más curioso era la forma en que
estos seres daban a luz: eran vivíparos, pero expulsaban a sus hijos a través
de sus pies, de las palmas almohadilladas, con los retoños aún por nacer
rasgando a través de la piel, royendo con sus colmillos, rompiendo músculos y
nervios en un tremendo sufrimiento para la madre, la cual, en medio del
terrible parto, perdía toda su fiereza para transformar su cuerpo en el más
agudo y concentrado sentimiento de dolor...
Escribo esto, porque considero que
al contarlo como historia, lo restrinjo al terreno de la fantasía, y se vuelve
imposible que se haga real.
Pero también es verdad que el
Necronomicon de Lovecraft empezó como una anotación en un relato, y de
creérselo tanta gente, han acabado por aparecer Necronomicones en todas las
bibliotecas, y se ha convertido ya en un hecho convulsamente real.
¿Habré creado a unos monstruos tan
terribles, de esta manera?¿Aparecerán algún día en un catálogo de especies
zoológicas?
Y de ser así, si esto ocurre,
¿vendrán entonces a por mí?
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