lunes, 1 de agosto de 2022

Regalo de una musa: "Lecciones Disney"

Un regalo que me pasó mi mejor musa acerca de algunas de las películas que marcaron nuestra infancia. Disfrutadlo tanto como lo he hecho yo. Un abrazo.

"Estaba lavandome los dientes, momento tan bueno como cualquier otro para divagar sobre lo divino y lo humano (casi como en cualquier caso siempre que hay agua cerca...en la ducha, haciendo largos en la piscina, mirando la lluvia al caer, al fregar los platos...) cuando me puse a pensar en las lecciones Disney, especialmente en las lecciones a ignorar. No estoy de acuerdo con que no hay que soñar con el príncipe azul, ¡al contrario! creo que hay muchos chicos (o chicas) estupendos por ahí, y que cuando das con el tipo ideal, te hace tan feliz que merece la pena la búsqueda o la espera. Ahora bien, no porque sea guapo y sonriente será un príncipe azul, entendámonos, hay que mirar un poco más allá y darle tiempo a que se muestre cada uno como es. 

No sé en qué estaba pensando la Cenicienta para quedarse colgada de un rollo de una noche QUE NO RECUERDA NI SU CARA, eso sí es una lección para las muchachas del siglo XXI: ¿de verdad te importa un tipo que es capaz de casarse con tu hermanastra fea feísima y con voz de gato estrangulado sólo porque encaja en el perfil? De verdad? Jeje, siendo malos podríamos decir que eso pasó con cierto Príncipe que ya no lo es, que escogió una que vio y que encajaba...con su entorno.

Oh, espera, que no todo son princesas. También en Disney tenemos el perfecto ejemplo de hacer pasar a alguien por quien no es: Aladdin. Es un pobre callejero al que tienen que vestir de gran señor para hacerlo aceptable a los ojos de la familia (la chica no, ella le quiere por el interior ;)). Como cuando le pones corbata a un heavy para conocer a la familia. A veces hay que sufrir, pero...no cambies lo que te gusta, pues es probable que deje de convencerte. Punto para Jazmine, que se gustó de una pobre rata callejera y despreciaba al gran pretendiente. ¿O quizá era ella la que juzgaba por las apariencias?

Con la Bella Durmiente aprendimos que esconderse del destino no te va a dar resultado, así que ¿porqué no enfentarte a ello directamente? ¡Hay que ser valientes! Y educados, que los padres la liaron parda por clasistas.

Ay estas princesas que no aprenden...Hay una que me recuerda a las historias de cirugías mal hechas, o de niñas monas que se quitan costillas y otras barbaridades para verse más guapas. Un pacto con el diablo para desnaturalizarse, por el capricho de gustar a otros. Ningún cambio drástico es gratuito, todos tienen consecuencias. Vale que el marinero era un guapo de ojos azules, pero de toda la vida de dios, la sirena es la que seduce al marino ¡Y no al contrario!

La pobre Blancanieves es un consejo de madre hecho pelicula: no engullas, ¡mastica bien y no aceptes nada de los desconocidos!

Pero no todo son malas ideas en este pequeño mundo: también aprendes a interponer tu propio bien al de otros, aunque para eso tengas que ir a la guerra con el malvado Genghis Kan; o a apreciar los libros por encima de los placeres mundanos encarnados en un cachas con tres rubias colgadas del brazo; o a apreciar el corazón de los demás, aunque sean peludos y feroces, o se despiojen en público.

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