lunes, 21 de enero de 2013

La historia corta de enero. Historias del metro (5)

             Laura era una señora muy anciana, muy anciana...

            Se había quedado sola. No tenía marido, ni hijos, ni amigos, ni tan siquiera un perro... Por eso, cuando no soportaba más la soledad, se marchaba al metro.

            Recorría las líneas, de un lado a otro, de un extremo al fin opuesto... Y a veces, alguien le cedía el asiento, o le daba un por favor o un gracias.

            Para Laura, cualquiera de esos momentos, ya le habían alegrado el día.

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