martes, 31 de agosto de 2021

El libro, la historia real, ¿el relato? de septiembre: Apuntes para una película sobre María Estuardo

Existen, que yo conozca, dos narraciones cinematográficas sobre la vida de la reina de Escocia María Estuardo, una protagonizada por Katherine Hepburn y otra por Saoirse Ronan. De ninguna he podido pasar de la primera media hora por puro y diáfano aburrimiento (lo siento, quizás había algo interesante detrás, pero yo me lo he perdido). Para construir este hipotético film que quiero diseñar sobre el papel (algo bastante más sencillo que recaudar el presupuesto y reclutar al equipo técnico), por tanto, partiríamos mejor de la biografía redactada por Stefan Zweig, la cual, si bien peca de un demasiado atrevido análisis psicológico del personaje, puede servirnos para nuestros propósitos. Empezaríamos con una escena crepuscular, con una María Estuardo de edad avanzada, encerrada en un castillo de Inglaterra, conspirando contra Isabel I (la reina Virgen) mientras el aristócrata que hace de carcelero debe combatir, como un progenitor ante una infante díscola, los ataques de rebeldía de ña escpcesa, contemporizando entre la reina cautiva a la que vigila, la reina Isabel que desde su trono mantiene a María Estuardo prisionera, y la mujer del aristócrata, que se dedica a participar de las intrigas entre las dos. Hacemos un flashback: vamos a la época en que María Estuardo, heredera del trono de Escocia, es casada con el delfín para convertirse en reina de Francia, y cómo la joven soberana -primero una niña, más tarde una lozana muchacha- disfruta de lo que serán los años más felices de su vida (allí, esplendor, boato, poesía de corte, madrigales y, por supuesto, la canción "To France" de Mike Oldfield incrustada en alguna parte). Así, en sucesivos flashbacks, iremos alternando la visión de la María Estuardo aprisionada, consumida por sus recuerdos, hablando con personajes reales (e imaginarios), con la observación de esos mismos protagonistas en el pasado, desplegando el grueso de su papel en el devenir de los acontecimientos. Narraremos cómo María Estuardo, tras la muerte del delfín, vuelve a Escocia, a ejercer el papel de reina que el destino le tenía prometido. Quizás sea ése el mayor problema (para el personaje histórico, no para la película), porque María, al contrario que los monarcas modernos, posee en su cabeza esa idea clásica de que el trono es suyo por herencia y por derecho, un designio divino y, por tanto, no acepta a nadie que se oponga a sus deseos, ni asume en ningún momento la posibilidad de que sus actos pongan en peligro su dominio. El problema es que María Estuardo (ahí la película debe realizar un fino retrato de los personajes) cuenta en la corte de Escocia con peligrosos enemigos que conspiran contra ella: nobles levantiscos y traidores, divididos por razones de religión, pero divididos, más aún, por razones de ambición y de búsqueda de poder y de riquezas. Contaremos como esta reina que consideraba que Escocia era un objeto de su propiedad apenas hace caso al gobierno del país, sino que se dedica a considerar en qué monarquía más poderosa podría ingrarse mediante matrimonio, abandonando si es posible esta tierra de tejidos bastos y de ovejas. Describiremos cómo dejaba el control de aquel territorio, repleta de hombres rudos y acantilados, en manos de calculadores validos. Expondremos como una batalla diplomática permite casarse a María Estuardo con un noble inglés aunque con cierto porcentaje de sangre azul, un hombre que en principio iba a constituir un tonto útil, pero del que María queda prendada nada más verlo. Seremos testigos de esa luna de miel diáfana, la llegada de un hijo y, más tarde, cómo el amor se torna en aborrecimiento y en odio. Dibujaremos entonces una nueva pasión, esta vez a manos de uno de los hombres fuertes de la reina, de los pocos que le permanecen leales en los atentados contra personajes de su entorno, el infame Bothwell. La reina, sin embargo, no atiende al carácter acaparador y falto de escrúpulos de su hombre, y está dispuesta a lo que sea por él: incluso a nombrarle rey. Pero antes, claro está, existe un obstáculo insoslayable: su propio marido. Contaremos cómo María Estuardo, como una lady Macbeth cualquiera, participa en el complot para asesinar al legítimo rey de Escocia y cómo, con rapidez, pretende casarse con Bothwell. Esta acción (y la ulterior revuelta de los nobles ante este atrevimiento, y frente a las sospechas de asesinato) será la que precipita la caída de María Estuardo. Claro que la reina no ayuda: sigue creyendo que es la soberana absoluta de Escocia, que los tiempos no cambian, que a los monarcas nunca se les deponen e, incluso, cuando los nobles la apresan, le espeta a un aristócrata, agarrándole del brazo: "Juro por esta mano que te haré colgar". Claro, para los jerarcas escoceses, éste es el mejor aviso de que no pueden dejar volver a gobernar a María Estuardo, y se inicia una larga secuencia de acontecimientos que acabarán con Bothwell huido y María encerrada en las cárceles de Inglaterra, sujeta a un farsa de juicio en el que ni siquiera puede declarar. Las que sí declaran son "las cartas de la arquilla", un conjunto de documentos que se encontraron en la residencia de Bothwell tras su huida, y que supuestamente constituyen la correspondencia que la reina mantenía con él. Estas cartas han sido siempre objeto de disputa: probablemente purgadas de aquellos textos que más inculpaban a los nobles escoceses, señalan a la soberana como una intrigante que comete adulterio y conspira contra su marido aunque, por otra parte, constituyen el único sustento para una cierta defensa de su figura, ya que justifican sus actos mediante el único sentimiento que admite una cierta disculpa: un ciego e incondicional amor. Mucho se ha discutido sobre la autenticidad de las cartas. Stefan Zweig defiende que no pueden ser falsas: entre otras cosas, porque contienen poesías en francés de alto nivel intelectual, y que ninguno de los brutos escoceses que intrigaban contra la reina podían haber redactado, ya que no contaban entre sus filas con un Shakespeare. Claro que aquí Zweig se olvida de una cosa, y es que la reina Isabel (quien ha sido y tomado parte en todos estos asuntos) sí que disponía de un Shakespeare a mano. Desconozco si las fechas históricas coinciden, pero empleando alguna licencia histórica propia del cine, y aprovechándonos de la falta de conocimiento acerca del personaje real (que podría ser cualquiera: yo mismo defiendo la teoría de que Shakespeare es en realidad Edward de Vere), podemos imaginar a la reina Isabel encargándole a William Shakespeare una falsificación a cambio de que éste vea en el teatro Globe de Londres triunfar sus obras, entre ellas un Macbeth inspirado en hechos reales. En todo caso, la relación con Isabel debe plantearse de modo ambiguo: por un lado, María Estuardo es su gran enemiga, su némesis, contra la que trabajará incansablemente. De otro, es una reina, como ella, su igual, e Isabel debe defender que la figura de los monarcas (incluso en esta cambiante Edad Moderna) es inmutable, y que no merecen castigo por sus acciones. En la parte final de la película, podemos hacer que por primera vez se crucen las dos reinas, envejecidas, las únicas sobrevivientes de un mundo donde han ido muriendo amigos y adversarios: al final, ha desaparecido tanta gente, que las viejas rivales son las únicas en las que mutuamente pueden confiar en a un mundo transformado, ya que sólo se tienen la una a la otra. De esa manera, Isabel puede perdonar a María Estuardo el hecho de que, de manera probada, durante una conspiración, haya intentado matarla. Mientras, María Estuardo será capaz de obviar que Isabel se ha entrometido en cada apartado de su vida y de su reino, incluyendo una trama para obligarla a ordenar a sus espías la muerte de Isabel, excusa que la soberana inglesa estaba buscando para tener la oportunidad de cortarle a la reina escocesa la cabeza. La verdad es que la película tendría de todo: habría una escena (extraída de la realidad) donde una Estuardo cautiva sería paseada a lo largo de un pequeño pueblo escocés, donde la hostil multitud la escoltaría amenazante al grito de "¡Ramera!"; habría otra en que los nobles escoceses entrarían en los apostentos reales para matar a su supuesto amante, el italiano Rizzio, y mientras él se agarraba angustiosamente a una silla, un soldado le cortaría los dedos para llevarle lejos de la presencia de la soberana, y poder ejecutar así la sentencia de muerte. Habría ocasiones en que Estuardo chalanería con la única carta que posee para negociar, que es con ella misma y su posibilidad para el matrimonio, y un pasaje angustioso (perdón, olvidaba que estábamos en el cine: un escenario) en el que María Estuardo, en el dormitorio de su segundo marido, al que está convenciendo para que caiga en una trampa mortal de la que él no sospecha, le escribe una carta a su amante Bothwell para decirle que considera abyecta la traición que está efectuando, pero que lo hace porque está totalmente sometida a la pasión que Bothwell ejerce sobre ella. Se podría introducir (aunque tal vez veladamente, pues ese hecho no está confirmado) la imagen de un aborto del hijo que Bothwell tiene con la reina y, desde luego, habría un momento muy impactante en el que Estuardo -cuando ya da por seguro que la van a condenar a muerte a ella y a sus partidarios- auxilia en el instante de dar a luz la esposa de uno de sus secretarios: dos mujeres, de distinta condición ambas, pero unidas por la sororidad frente a un hecho que comparten féminas de todas las clases sociales. Estuardo ayudando a dar vida, cuando ya es consciente de que se haya muy cercana la muerte: de qué mejor climax podríamos disponer. Tengo dudas respecto al final: está claro que habríamos de incluir la muerte por decapitación de María Estuardo, pero no sé si debería mostrarse un fundido en negro o una cámara desenfocada en el momento de la ejecución (sí narraríamos, con gran dramatismo, cómo ella y sus sirvientas rezan en latín mientras un clérigo protestante lo hace en inglés, mostrando cómo hasta el final de su vida se enfrentaron la iglesia católica y la anglicana) o, si en cambio, deberíamos incluir las más cruentas imágenes de su fallecimiento, con dos hachazos fallidos, el verdugo agarrando la cabeza de los cabellos y quedándose en la mano con la peluca, la cabeza de María Estuardo rodando por el suelo, y el perro de la reina arremetiendo con saña, como único defensor de su fallecida ama, frente a los verdugos. Por supuesto, en algún momento habría que hacer mención a la cobardía de Isabel, que pretende hacer creer al mundo que ella no ha ordenado la ejecución y que se trata tan sólo de un error burocrático, cosa que le cuesta la carrera a alguno de sus funcionarios más ingratamente pagados y obedientes. Y, como colofón, mostraríamos cómo al final ambas reinas han acabado muy juntas, la tumba de una próxima a la otra, en la abadía de Westminster, sucedidas ambas dos por un Jacobo VI al que le dan igual todas las viejas redes conspirativas y sólo pretende reinar: tanto esfuerzo, tanta tragedia, tanta ambición (cabría decirse, "polvo eres y en polvo...", etcétera, etcétera), para nada. En fin, María, está claro que tu vida da para una película. Lo que no tengo muy claro si la que mejor podría representar tu trayectoria sobre esta tierra se ha filmado ya.

martes, 17 de agosto de 2021

Las películas y las historias reales de agosto: un mismo hecho bajo distintos puntos de vista

Toda historia tiene dos versiones, o eso dice el viejo axioma. Y toda realidad es interpretable, y ésa es una de las bases del cine y de la literatura. Billy Wilder estaba viendo una película sobre un hombre que toma prestada la casa de otro para citarse con sus conquistas amorosas y pensó: <<¿Qué pasa con el pobre tipo que les deja el piso?>>. Así nació El apartamento. Hay múltiples films que se inspiran precisamente en contar una historia no de la misma manera, sino desde dos ópticas diferentes, de tal manera que es la visión conjunta de todas ellas la que te da una perspectiva global del asunto, salvando todas las licencias e invenciones que (sobre todo en las <<basada en hechos reales>>) pueblan las películas de Hollywood. Esta es una lista, para nada exhaustiva, pero sí en mi opinión sugerente, acerca de esos conjuntos de películas que se relacionan entre sí:

-A veces se trata sólo de cambiar al personaje principal. La película Bonnie&Clyde (1967) está narrada desde el punto de vista de los atracadores de bancos y fugitivos, mientras que Emboscada Final (2019), con bastante menos acierto, lo hace desde el punto de vista de los policías.

-En el Chicago de 1924, un par de estudiantes universitarios llamados Leopold y Loeb, cargados de un desmedido complejo de superioridad, y adictos a la teoría de Nietszche del superhombre, decidieron demostrar su nivel intelectual desplegando el crimen perfecto, para efectuar el cual arrebataron la vida a un chico de 14 años. A pesar de su preclara inteligencia, les acabaron pillando, y las familias recurrieron para la defensa a Clarence Darrow, un conocido activista en contra de la pena de muerte. El discurso final del abogado de los muchachos -el cual duró 12 horas- fue tan conmovedor que hasta al juez se le saltaron las lágrimas, con lo cual se logró que la condena a muerte se sustituyera por una de prisión perpetua (uno de los jóvenes murió a manos de los presos en la cárcel, mientras que el otro acabó liberado tras cumplir 34 años de reclusión). La tragedia se ha narrado de dos maneras. Por un lado, fue recreada (con sus variaciones, pues en teoría se trataba de ficción) en una obra de teatro donde se señalaba la naturaleza homosexual de los dos muchachos, y que funciona como un relato de misterio donde nos preguntamos si se acabará descubriendo la autoría del asesinato. Esta obra sería más tarde adaptada (esta vez, sin el trasfondo homosexual, aunque era bastante evidente) en la película de Alfred Hitchcok La soga, la cual funciona como un mecanismo de precisión en torno a un arcón, una intriga, y el falso plano-secuencia más famoso de la historia del cine. Pero, por otro lado, la película Impulso criminal describe de manera más ajustada a la realidad el devenir de la investigación y el juicio y, sobre todo, tiene a un Orson Welles ejerciendo de Clarence Darrow en un film con bastantes partes censuradas en la versión en castellano (ya que, obviamente, en 1959, un alegato contra la pena de muerte no era el tipo de discurso bendecido por el régimen franquista).

-Nos han contado las diversas vivencias de los judíos que pasaron por el guetto de Varsovia a través de varias películas, siendo quizás La lista de Schindler y El pianista las que muestren con mayor claridad los distintos rumbos que podía tomar tu vida a lo largo de ignotos caminos, ninguno de los cuales te garantizaba la seguridad.

-Tanto "Operación Anthropoid" como "El hombre del corazón de hierro" narran el atentado que acabó con la vida de Richard Heydrich, "el carnicero de Praga", a manos de dos miembros de la resistencia checa durante la Segunda Guerra Mundial, pero mientras la primera se centra en el punto de vista de los perpretadores, la segunda lo hace más en la biografía del militar nazi. Por cierto, este último también es el centro alrededor del cual gira "Conspiracy", una película donde se describe la reunión donde se planeó aplicar la "solución final" al problema judío por parte de las autoridades alemanas. En esta última película aparece como un personaje secundario la figura de Adolf Eichmann; varios films ("Eichmann" en 2007, y "Operación Finale" en 2018, entre otras) han descrito la captura del jerarca nazi en 1960 mientras se se hallaba escondido en Argentina, pero la película "Hannah Arendt" profundiza en las motivaciones que la filósofa judía encontró en la conducta de este burócrata desalmado, a través de su teoría de la "banalidad del mal". Como puede verse, un rosario concatenado de causas y consecuencias.

-En el caso de narrar historias relacionadas, no hay nada como contar con el mismo actor para hacer del mismo personaje. Vicent Cassel había interpretado, en la "Juana de Arco" (1999) dirigida por Luc Besson y protagonizada por Mila Jojovich, a Gilles de Rais, un noble galo que quedó traumatizado por la muerte de la santa francesa y que, quizás por eso (o tal vez no), se dedicó, desde el castillo donde resisdía, a secuestrar a jóvenes a los que torturaba de maneras horripilantes para luego darles muerte, hasta que sus delitos fueron tan infames que las autoridades se vieron obligados a intervenir. Pues bien, en la película "The Reckoning" -en castellano, "El misterio de Wells" (2003)-, Cassel interpreta a un trasunto del asesino aristócrata en una ficción bastante lograda, y quizás el mejor trabajo del habitualmente secundario Paul Bettany hasta la fecha.

-La película "The Glorias" y la serie "Mrs. América" tratan ambas de la influencia de un grupo fundamental de mujeres en el movimiento feminista, pero mientras la primera se centra en la figura de Gloria Steinem a lo largo de su vida, la segunda es transversal en un momento clave (la aprobación de las leyes de igualdad en Estados Unidos), y también más coral: de hecho, la mujer más destacada es la archienemiga de los derechos de la mujer, una Phyllis Schlafly interpretada por una Cate Blanchett en estado de gracia.


-Ya saliendo del terreno de la historia, y entrando un poco más en el apartado de la ficción, "Blackthorn", del muy buen guionista Mateo Gil, retoma el relato justamente donde se quedó al final de "Dos hombres y un destino", y narra una ucronía donde uno de los componentes del famoso dúo Butch Cassidy-Sundance Kid sigue vivo, excusa que el director aprovecha para grabar un western crepuscular enmarcado en los bellísimos parajes de las salinas de Bolivia. Muy recomendable para los amantes tanto del cine clásico como del moderno.

-Diferentes films acerca de la figura de Churchill se centran en distintos períodos de su vida: los años previos a la Segunda Guerra Mundial, en los que advertía del peligro de Hitler -"The gathering storm" (2002), película televisiva basada en sus memorias, con una secuela cinematográfica con nuevos actores, "Into the storm"-; los meses iniciales tras ser nombrado Primer Ministro ("Darkest Hour", 2017); o ante un inminente desembarco de Normandía ("Churchill", 2017). Es una pena que ningún film haya decidido focalizar en otras partes de la biografía de Churchill, como su rocambolesca huida de juventud de un campo de prisioneros en Sudáfrica, o sus más que censurables actos respecto a la India que efectuó desde su posición como Primer Ministro.

He aquí nuestra pequeña recopilación de películas relacionadas. ¿Os atrevéis a hacer alguna aportación? Espero con ansia vuestros comentarios.

lunes, 9 de agosto de 2021

La historia corta de agosto. Dedicadas a Eduardo Galeano (X): El experimento

             Fue un experimento sorprendente.

 

            En una escuela de verano para niños, la monitora quiso enseñarles a los chavales cómo son las relaciones entre los países del mundo. Así que repartió la Tierra entre ellos.

 

            Cada niño representaba a un país concreto. A cada uno le eran asignados unos materiales, según el país que le había sido asignado. Los países ricos tenían compases, reglas, escuadras, cartabones... pero pocas materias primas; a la niña de Estados Unidos, por ejemplo, le correspondieron escasamente dos folios. Y los países pobres no tenían ninguno de esos instrumentos, pero sí muchas materias primas, por ejemplo diez folios cada uno. El objetivo del juego era hacer, con los materiales de los que disponían (o con los que pudieran conseguir por intercambio) figuras de papel con distintas estructuras geométricas, que serían las equivalentes a billetes. Y comenzó el juego.

 

            Los resultados fueron inesperados

 

            La niña de Estados Unidos, que era la típica muchacha egoísta que lo quería todo para ella, trató de venderles a los países pobres un compás roto. Entonces, los países pobres decidieron hacerle un boicot, y se asociaron entre sí, consiguiendo realizar entre todos muchísimas figuritas, mientras que la niña de Estados Unidos se quedó sola, encerrada en su esquina, sin poder construir ninguna figura en absoluto.

 

            A veces uno se pregunta qué pasaría si les diéramos a los niños el control del mundo...