Sofía Rhei es una persona a la que, a pesar de su juventud, le ha dado tiempo a hacer de todo. Desde asistir a festivales literarios a organizar cosplays de Terry Pratchett pasando, por supuesto, por haberse ganado una merecida fama de prolífica autora. En los últimos años, ha hecho un hueco en el mundo editorial, especialmente en el campo de la literatura juvenil e infantil, aunque también se ha sumergido en la novela para adultos, y el mejor ejemplo lo tenemos en la reciente "Róndola", un cuento de hadas atípico en el que se atreve incluso a introducir escenas eróticas (en breve, saldrá a la venta lo que ella ha definido como un libro-biblioteca, "Espérame en la última página", que algunos aguardamos con impaciencia). Pero en este caso, vamos a hablar la obra por la que seguramente más la conoce el público -quizás también algunos de vosotros-, la saga dedicada al joven Moriarty.
A lo mejor no necesito dedicar mucho espacio para convenceros de que debéis leer este libro. Quiero decir, si en el título veis escritas las palabras "Moriarty" y "dodo", ¿necesitáis alguna razón más para comprarlo? Sin embargo, para los que no hayan caído todavía desarmados, añadiremos un par de detalles. Es el primero del conjunto de novelas infantiles/juveniles que Sofía Rhei dedica a especular cómo fueron los primeros años de este futuro Napoleón del crimen, quien cuando crezca se convertirá en el archienemigo de Sherlock Holmes. En este caso concreto, la trama se desarrolla dentro de un ámbito familiar, el de la casa del joven Moriarty, donde la cotidianidad de los asuntos mundanos deja sin embargo entrever cómo de distinta es la personalidad de este precoz muchacho con respecto resto de sus compañeros de juego -y, por supuesto, de los adultos que le acompañan. Porque todavía es sólo un niño (y no Moriarty), pero nadie dijo que los tiernos infantes nacieran sin pecado original, y desde luego éste no es un niño cualquiera, y ya se va a encargar él de demostrarlo. Por otra lado, la novela tiene el atractivo de, debido a la época histórica en la que está ambientada, dar entrada a sugerentes y cautivadores personajes reales de su tiempo, con lo cual no os extrañéis cuando entre sus páginas halléis a Charles Darwin, a Charl Dodgson (a quien quizás conoceréis por su sinónimo de Lewis Carroll) y, por supuesto, acompañándole, a la niña que inspiró "Alicia en el País de las Maravillas"). En definitiva, la historia es una pequeña delicia que combina misterio, unos enrevesados juegos de niños, y humor alrededor de las costumbres y peculiaridades de la época (además, sale un dodo, ¿qué más buscáis?). Ideal no sólo para vosotros, sino también para regalar a un avezado zagal o a un adolescente, con la ventaja de que saber que, si os gusta, siempre podéis volver a por más. Y también podéis volver por este blog, como todas las semanas. Un saludo.
A lo mejor no necesito dedicar mucho espacio para convenceros de que debéis leer este libro. Quiero decir, si en el título veis escritas las palabras "Moriarty" y "dodo", ¿necesitáis alguna razón más para comprarlo? Sin embargo, para los que no hayan caído todavía desarmados, añadiremos un par de detalles. Es el primero del conjunto de novelas infantiles/juveniles que Sofía Rhei dedica a especular cómo fueron los primeros años de este futuro Napoleón del crimen, quien cuando crezca se convertirá en el archienemigo de Sherlock Holmes. En este caso concreto, la trama se desarrolla dentro de un ámbito familiar, el de la casa del joven Moriarty, donde la cotidianidad de los asuntos mundanos deja sin embargo entrever cómo de distinta es la personalidad de este precoz muchacho con respecto resto de sus compañeros de juego -y, por supuesto, de los adultos que le acompañan. Porque todavía es sólo un niño (y no Moriarty), pero nadie dijo que los tiernos infantes nacieran sin pecado original, y desde luego éste no es un niño cualquiera, y ya se va a encargar él de demostrarlo. Por otra lado, la novela tiene el atractivo de, debido a la época histórica en la que está ambientada, dar entrada a sugerentes y cautivadores personajes reales de su tiempo, con lo cual no os extrañéis cuando entre sus páginas halléis a Charles Darwin, a Charl Dodgson (a quien quizás conoceréis por su sinónimo de Lewis Carroll) y, por supuesto, acompañándole, a la niña que inspiró "Alicia en el País de las Maravillas"). En definitiva, la historia es una pequeña delicia que combina misterio, unos enrevesados juegos de niños, y humor alrededor de las costumbres y peculiaridades de la época (además, sale un dodo, ¿qué más buscáis?). Ideal no sólo para vosotros, sino también para regalar a un avezado zagal o a un adolescente, con la ventaja de que saber que, si os gusta, siempre podéis volver a por más. Y también podéis volver por este blog, como todas las semanas. Un saludo.
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