domingo, 24 de diciembre de 2017

La historia real de diciembre. Nuevo podcast de "El gato de Hubble": infecciones emergentes.

Como muchos recordaréis, hace unos meses participé en un podcast de Radio Gul (la radio de usuarios de Linux de la Universidad Carlos III de Madrid), dentro del programa de divulgación científica "El gato de Hubble", que se dedica a hablar de ciencia en tono de humor teniendo como variopintas referencias a Bill Nye, John Oliver y Coco de Barrio Sésamo. En un post anterior os presenté el podcast dedicado a CRISPR y la ingeniería genética, y ahora os quiero dar enlace a este último (el episodo 1 de la temporada 2), el cual yo y mis otros cuatro descacharrantes compañeros nos hemos dedicado a hablar infecciones emergentes, o sea (traducido a un idioma razonable), enfermedades infecciosas que no se conocían o parecían controladas y de repente se destapan generando epidemias, miedos inconfesables, y una serie de catastróficas desdichas. Estamos hablando, por tanto, de peste negra, multitudes enloquecidas, científicos enfrentados a monos locos y, por supuesto, de apocalipsis zombie. Por si el tema no fuera lo suficientemente plácido y con adecuado para conseguir amigos, en el programa, aparte de meternos con los antivacunas, con Fleming, con los americanos que creen en el fin del mundo, con políticos españoles de variado signo, con fans de series de gran audiencia, con Kevin Spacey, Mariló Montero y, por supuesto, con las fiestas navideñas, nos cargamos a unas cuantas centenas de millones de personas: vamos, lo habitual de una tarde bien exprimida. Espero que con el programa aprendáis unas cuantas palabras raras o, en todo caso, que las escupáis pero al menos os quede un buen sabor de boca después de masticarlas. Y que de aquí saquéis un buen tema (hablando de enfermedades mortales o guerra biológica) para hacer entretenidas las comidas de Navidad y Nochevieja. Hasta el próximo año entonces... si conseguís no pillaros ninguna enfermedad que os impida leer el blog. Que paséis buenas fiebres -digo, fiestas. Y, tranquilos, que la enfermedad no se transmite a través de los micrófonos: o al menos, todavía no se ha demostrado. Saludos desde mi lecho de moribundo, donde comparto cama con este año. Un abrazo -mortal- a todos (tos tétrica y gutural).

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