Veinte años esperando… veinte años al pie de la cama del enfermo. Veinte
años trayendo flores. Veinte años cortándole las barbas y el pelo para que se
despertara del coma con una pinta medio decente. Veinte años durmiendo en sillones de hospital. Veinte años acumulando fotos
para, cuando por fin recuperara la consciencia, enseñarle qué había pasado con
su vida familiar…
Así hasta que un día,
veinte años después, se despertó. Y cuando, con los ojos vidriosos, le preguntó
a su mujer qué había pasado, ella sólo supo contestar, de manera indignada:
-¿Que qué ha pasado?¿Tú sabes la que me has dado? Has estado dormido veinte años… ¡y no has podido parar ni un minuto de roncar!
-¿Que qué ha pasado?¿Tú sabes la que me has dado? Has estado dormido veinte años… ¡y no has podido parar ni un minuto de roncar!
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