lunes, 18 de noviembre de 2019

Los libros y las películas de noviembre: buenos libros eclipsados por sus (¿mejores?) adaptaciones

Siempre decimos aquello de que la adaptación cinematográfica de un libro suele ser peor que el original. ¿Y por qué?¿Precisamente, porque es el original?¿Porque en una película puedes expresar tan sólo una ínfima parte de los matices que eres capaz de desgranar en un libro?¿Influye mucho a cuál de las obras accedemos primero? No obstante, es también muy abundante el número de películas que han surgido a partir de novelas las cuales han pasado prácticamente desapercibida (recordemos "Los pájaros" o "Psicosis" antes de la adaptación de Hitchcock; o "La naranja mecánica" de Burgess, que sufrió la doble humillación de ver cómo tanto el editor como Kubrick recortaban el último capítulo -para el autor esencial- de su obra). Y, sin embargo, existen películas inmortales cuyo origen no es excesivamente conocido las cuales, sin embargo, cuando te aproximas a su génesis (por lo común después de la obra cinematográfica que las hizo famosa), se revelan fascinantes también, a veces por motivos completamente dispares a los de su adaptación. En una lista sin duda incompletísima, tenemos:

-De "Lolita" ya hablamos extensamente en su día. No es que se trate de dos historias distintas (el cuerpo general del argumento es muy similar entre la obra de Nabokov y la de Kubrick): es que la orientación que se da, y lo que Kubrick verbaliza a través de las imágenes, es radicalmente diferente de lo que -más que enseñó- insinuó Nabokov. Una razón más que ha podido contribuir a la profunda incomprensión sufrida por la obra.

-Muy adaptado a la gran pantalla fue Truman Capote. "Desayuno con diamantes" y "El arpa de hierba" se convirtieron en dos grandes películas, pero la prosa de Capote hace que ambos relatos se hagan igualmente conmovedores tanto cuando se leen como cuando se ven en pantalla. En ambos casos se captó muy bien el espíritu de la obra, aunque en "Desayuno con diamantes" comprobaremos unos cuantos cambios respecto al relato original.

-Eduardo Sacheri ha sido también un autor especialmente prolífico para el cine en los últimos tiempos. Campanella atrapó "La pregunta de sus ojos", le dio un par de vueltas adicionales, y convirtió una muy buena novela en una película fastuosa, "El secreto de sus ojos", que superó el difícil reto de ganar un Óscar. Recientemente han adaptado otra novela de Sacheri, "La noche de la usina" (que he de decir que estupenda) para transformarla en "La odisea de los giles", la cual aguardo con expectación.

-Es difícil, de una novela de Delibes, decir que la película superó al libro. Pero en el caso de "Los santos inocentes", Mario Camus altera un par de detalles que proporcionan una mayor fuerza a los hechos descritos. Si a ello le añades la música, supremas actuaciones, y la "milana bonita", todo queda muy redondo. Pero -y una vez más, siendo Delibes- vale la pena volver a la fuente original.

-"La noche del cazador", de Davis Grubb, fue una novela muy conocida en su día, y que ahora sin embargo ha caído en la noche del olvido. El impresionante actor Charles Laughton dirigió la adaptación en su momento, la cual pasó por las taquillas sin pena ni gloria para luego convertirse en una película de culto -y, al contrario de lo que ocurre en otras ocasiones, en este caso hemos de decir que con razón-. No obstante, merece la pena echarle un ojo a la novela, que se adentra en páramos donde la película (de líneas muy puras que refuerzan la carga simbólica) no tuvo capacidad de meterse.

-"El método Grönholm", escrita por el dramaturgo Jordi Galcerán, fue un gran éxito en el teatro, tanto de crítica como de público. En "El método", Mateo Gil (excelente tanto como co-guionista de Amenábar como en historias propias tales como "Blakcthorn") extrajo las ideas esenciales y jugó con el escenario y los personajes para encontrar una forma distinta de expresar un mensaje similar. Ambas muy recomendables, cada una a su manera.

-"Lo que queda del día". El reciente Nobel de Literatura Kazuo Ishiguro (nacido en Japón, nacionalizado británico) escribió una obra de lo más inglesa de la cual se hizo una muy célebre adaptación cinematográfica protagonizada entre otros por Anthony Hopkins y Emma Thompson. La mayor diferencia entre la novela -la más reconocida de su autor- y el film radica en el punto de vista subjetivo desde el que que está contada la historia, enfoque que ensalza las cualidades de su protagonista: un anticuado, clasista y rígido mayordomo que cree en el valor de las viejas tradiciones, las cuales a él mismo le han condenado a perder tantas cosas. Quizás este punto sea el más atrayente y original de la novela, pero al mismo tiempo el que más dificulta su lectura (especialmente si uno lo hace en el idioma original, como he intentado yo): el protagonista se nos vuelve tan insufrible, tanto por su carácter servil como por su modo de hablar pomposo y afectado, tan británico, que dan ganas de tirar la novela a la papelera y maldecir a todos los esclavos que se enorgullecen de su condición. Sin embargo, el empleo de la primera persona como recurso narrativo resalta de manera más destacada las contradicciones del personaje, creando matices -no mejores, sí distintos- que no se podían reconstruir en la película. Sólo por eso merece la pena echarle un vistazo.

Pero, más que nada, me gustaría conocer vuestra opinión. ¿Ha ocurrido que, al aproximaros al texto original de una película, lo habéis sentido como distinto, o habéis notado que tenía algo especial?¿Qué libros creéis que han sido injustamente eclipsados por sus adaptaciones? Espero vuestros valiosísimos comentarios.

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