Como yo, no.
En el autobús que va en dirección a la Universidad Autónoma de Madrid, se suben frecuentemente varias personas con síndrome de Down, en dirección a un centro de educación especial habilitado para ellas. Los autobuseros ya les conocen de vista, y se han habituado a su presencia y a su amistosa camaradería.
Un día, uno de esos chicos le preguntó al autobusero si había visto a su amiga María, que si la conocía.
El conductor, después de dudar un poco, le dijo: “Sí, claro, es una chica... como tú, ¿no?”, respondió algo incómodo.
El chico negó con la cabeza:
“No, como yo no, yo soy de Vallecas y ella es de
Usera”.
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