Dedicadas a Eduardo Galeano (XVI)
La chica
adolescente embarazada. En su casa, ya ha habido de todo: tambores, trompetas,
y un libreto entero de ópera. Todos lloran: la madre, el padre con las mejillas
rojas todavía de gritar, y aún más la chica, con regueros de lágrimas
corriéndoles por las mejillas. Pero de repente, suena como de refilón la voz
callada del abuelo:
-Hay tantas cosas malas en el mundo:
guerra, asesinatos, muerte... Traer una nueva vida al mundo no debería ser un
motivo de tristeza...
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