Dos personas, un hombre y una mujer, se conocieron leyendo en el lectorium (“zurdorium” para los que sigan la broma), esa sala de lectura del Fnac donde la gente puede disfrutar de un rato tranquilo leyendo los libros. Se miraron por encima de los libros, y decidieron, “Vámonos de aquí”, y se dirigieron a la casa de uno de los dos.
Una vez hecho esto, no supieron qué hacer. Y se pusieron a leer, en el salón de la casa, sentados sobre la alfombra, durante horas...
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