En el Registro de la Propiedad Intelectual, un anciano preguntaba si podía inscribir una poesía si la persona a la que se la había dedicado ya estaba muerta.
-Es mi mujer, ¿sabe?
Preguntaba si se requería su firma.
*
En los cementerios, sobre todo en
los pueblos, hay cubos donde se coloca el agua con lejía para limpiar
las tumbas. La gente suele guardarlos, para la siguiente vez, en un hueco en el
interior de los cipreses. Y cada cual tiene su sitio, todo el mundo sabe cuál
es su árbol, y nadie le robaría nunca al otro.
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