En el blog le hemos dedicado otras entradas a las bibliotecas, y también varios hilos en la red social antes llamado Twitter (os lo cuelgo aquí para los que no tengáis acceso). He hecho fotos a unas cuantas bibliotecas ilustres, como esta sección de la Nacional de Francia, heredera de la biblioteca de Mazarino que comentamos abajo.
El libro de ideales (y tamaño) casi enciclopédicos Bibliotecas, de Andrew Pettegree y Arthur der Weduwen no es, como el también estupendo La Biblioteca. Un patrimonio Mundial, con texto de Campbell y fotografías de Pryce, un compendio ilustrado de las grandes bibliotecas que se han construido, con imágenes que reflejan sus maravillosas colecciones, y un análisis de cómo la arquitectura de las bibliotecas ha ido cambiando para adaptarse mejor a su función de atesorar el conocimiento. Es, más bien, una historia de cómo han evolucionado las distintas formas de ir almacenando libros y, al mismo tiempo, cómo cambiaba la consideración de este útil instrumento para la difusión de la cultura, y la propia función de las bibliotecas. Si los primeros repositorios de libros (primero papiros. luego códices) eran sobre todo privados, y luego serían los monasterios los que heredarían esta función, los autores nos cuentan cómo, desde la invención de la imprenta, los coleccionistas privados, muchos de ellos profesionales liberales, empiezan a construir sus propias bibliotecas particulares, y comienza a surgir un activo mercado de compra y venta de libros no sólo para su función principal (leerlos), sino incluso con los fines de coleccionismo y, como ha ocurrido siempre, para el prestigio social del dueño de dichos volúmenes. Pettegree y der Weduwen nos hablan también de cómo las bibliotecas (y su destrucción) fueron un arma de guerra y de proselitismo entre las diferentes confesiones religiosas; cómo, a partir muchas veces de coleccionistas privados, nacen las bibliotecas nacionales, destinadas a definir la cultura de cada país (ahí nos narran la conmovedora historia de Naudé tratando de salvar la biblioteca de Mazarino, que os recomiendo vivamente); cómo estas bibliotecas -como algo que ya venía ocurriendo desde la antigua Roma- van poco a poco abriéndose para dar acogida primero a intelectuales y luego al gran público; cómo, en esta labor, surgen tanto iniciativas eclesiásticas, públicas, o de filántropos privados (como el caso del famoso millonario norteamericano Carnegie) para expandir las bibliotecas por todo el mundo para que cualquier persona interesada pueda acceder a ellas; cómo, poco a poco, las necesidades de una masa ingente de lectores van cubriéndose a través de bibliotecas de suscripción y de bibliotecas circulantes (especialmente llamativo el caso de las "bibliotecarias a caballo", mujeres que cabalgaban sobre sus monturas para llevar la cultura a los más recónditos lugares de sitios como Kentucky); y también los avatares que sufren los depósitos de libros con las sucesivas guerras y las expurgaciones por causas religiosas, ideológicas, o simplemente de tamaño. También nos explican cómo ha cambiado el modelo social de las bibliotecas: de no estar pensadas para niños hasta contener una sala específicamente infantil, de no contar con las mujeres (también muy ilustrativo el caso de la jefa de la biblioteca de Los Ángeles, Mary Jones, que fue obligada a cederle su puesto a un hombre, lo cual abrió una oleada de protestas feministas) a que ellas formen buena parte de sus organizadoras y usuarias. Finalmente, el texto habla de cómo las bibliotecas son ahora en buena medida centros comunitarios que ponen en contacto a los lectores no sólo con los libros, sino con la moderna tecnología, a pesar de que el libro se haya mostrado sorprendentemente resistente a todos los sustitutos tecnológicos que han tratado de reemplazarle. En definitiva, un volumen que debería hallarse en la biblioteca de todo bibliófilo, y no sólo porque quede bien en ella.
Posdata: habréis visto que hemos puesto en este post una serie de enlaces a hilos de Bluesky (también, a otro tipo de links y formatos) donde detallamos y ampliamos información sobre algunas de las historias que se esbozaban en este libro. Porque ya sabéis que de un texto siempre salen historias nuevas, algunas de las cuales deben ser contadas en otra ocasión...
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