domingo, 1 de junio de 2025

El relato de junio: "La mula Francis en la corte del rey Trump"

 “Francis, la mula parlante” es un personaje de ficción que apareció en 1950 en un film estadounidense homónimo en el cual dicho animal hablaba y le daba consejos a un soldado no muy despierto, en contraste con el ingenio cáustico del equino. He querido imaginarme cómo sería la vida de la mula Francis si le diera por aparecer en estos tiempos tan bestias que vivimos.

 

ALGÚN LUGAR DE ESTADOS UNIDOS. AÑO 2023.

                Todo comenzó en el parque de caravanas donde J.D. Vance iba a pasar sus vacaciones. Allí, se sentaba en un taburete y leía el periódico en pantalones cortos, con los pies metidos dentro de una piscina hinchable de plástico rellena de agua, para así recordar cómo eran sus vacaciones de verano cuando era niño. Por suerte, ahora ni él ni su familia vivían allí, pero volvía de vez en cuando para recordar que, si le ponía mucho esfuerzo y el Partido Republicano trabajaba duro, era posible que, algún día, todos los norteamericanos tuvieran una infancia como la suya.

                Fue entonces cuando escuchó cómo alguien le hablaba a su espalda con una voz sonora y bien modulada:

                -Oiga, amigo, ¿ha visto lo que el idiota de Trump está haciendo?

                -Pues sí, es un cernícalo de marca mayor, y se lo digo yo, que he visto muchos. Aunque es verdad que le sigue mucha gente.

                -¿Y no cree, amigo, que alguien debería salir por la tele y decirle a la gente que ese hombre es un maldito ignorante? Y no me refiero adónde ha estudiado, sino que no para de decir sandeces.

                -En efecto, alguien debería hacerlo.

                -¿Y no ha pensado en que ese alguien sea usted?

                -¿Yo? Pues…

                El problema es que, cuando Vance se dio la vuelta para contestar no vio a nadie.

                -Oiga, ¿dónde está?

                -Aquí.

                -¿Cómo aquí? Aquí no hay nada salvo…

                -Yo.

                -¡Una mula!¡Una mula que habla!

                -Francis, para servirle.

                -¿Francis?¡Pero si eso es nombre de chico!

                -No entremos en la cuestión del género, ¿quiere? Qué obsesión tiene la gente por categorizar… Llámeme simplemente Francis, y con eso estaremos todos contentos.

                -Bueno, Francis, como usted quiera… Si a mí lo que me sorprendía era que una mula estuviera charlando conmigo. ¿Dónde ha aprendido usted mi idioma?

                -Que dónde he aprendido yo… Qué pregunta. En una escuela pública estadounidense no, desde luego. Con el poco dinero que invierten ustedes en ella, sería imposible.

                -Oiga, ¿se está metiendo con mi país?¡Porque América es una gran nación!

                -Luego discutiremos si su país se llama o no América, pero de momento, volvamos a lo importante: ¿no ha pensado usted en hacerme caso, e irse a protestar contra Trump en la televisión nacional, ahora que se ha hecho usted famoso con su libro y su película?

                -Ah, ¿las conoce usted?¿Qué tal, le han gustado?

                -Bueno, un poco autoindulgentes y con tendencia a la inacción, si quiere que le diga la verdad. Aunque he de decir que simpatizo con el hecho de que ponga el foco en las personas más desfavorecidas… Pero dejémonos de crítica literaria -zanjó la mula, antes de que Vance pudiera poner reparos-. Ahora, retornando al meollo de nuestro asunto: si conseguimos apartar a ese cretino de Trump de la carrera a las elecciones, y evitamos que salga elegido en 2024, es posible que el país haga algo decente por la gente que vive en los parques de caravanas, y les ayude a estar un poco mejor.

                -Hmm, bueno, eso estaría bien, la verdad.

                -Pues habrá que ir a Washington entonces.

-¿A Washington?¿El estado, o la capital?

-La capital, por supuesto. Ahí es donde se toman las decisiones importantes, y ahí es donde estarán las cámaras de televisión que necesitamos.

                -¿Cuándo dice “necesitamos”, se refiere a mí?¿Quiere ir usted… conmigo?

                -No, con Taylor Swift, no te fastidia… Pues claro que con usted: no se pensará que una mula parlante va a conseguir audiencia en la CNN. Y mira que a la Fox han acudido toda clase de criaturas, incluyendo sapos e invertebrados, pero creo que será más fácil si habla usted por mí. Aunque yo también habré de ir, que para algo la idea ha sido mía.

                -Ummm, en fin, reconozco que eso tiene toda la lógica del mundo.

                -Hala, pues venga, lléveme al Distrito Federal, que ya vamos tarde. Por cierto, le aconsejo que se compre una furgoneta: ¿sabe lo mal preparado que está el transporte público para desplazar mulas? Mira que estuve un tiempo en el ejército, y allí nos trataban mejor…

 

UNOS MESES DESPUÉS

 

                -Hola, Francis, ¿qué tal?¿Te tratan bien en este establo que te he buscado?¿Te dan de comer buena paja?

                -No está mal. Un poco sosa, quizá, pero, por lo demás, aceptable. Por cierto, sea lo que sea lo que ha negociado con el dueño, ya no hace falta que le pague. Le he dado un par de consejos sobre gestión financiera y, con lo que han incrementado sus beneficios, mi hospedaje está más que pagado. Mira que en este caso me ha venido bien, pero eso de Wall Street tiene últimamente más estiércol que este establo. En fin, hablemos de cosas serias: J.D., me encantó lo que dijiste contra Trump el otro día en las noticias. Creo que vamos por el buen camino.

                -¡Eso mismo iba yo a decirte! Mira, de hecho, a raíz de haber salido en la tele, mira quién ha venido.

                -Hola, buenas: me llamo Robert Kennedy Jr.

                -Buenas, encantado de conocerle. Perdone que no le dé la pata, la tengo un poco sucia.

                -Oh, no se preocupe. Últimamente todo está un poco sucio. Es porque la gente se mete toda clase de porquerías en el cuerpo: vacunas, por ejemplo. Así está la sociedad de mal.

                -Creo que no nos vamos a llevar del todo bien usted y yo -respondió la mula.

                -Uy, qué va. En mi familia siempre le hemos tenido simpatía a los burros. De hecho, mi padre anduvo con burros toda su vida.

                -Lo primero de todo, yo no soy un burro, soy una mula. Y, créame, uno puede andar con burros, con elefantes o con zarigüeyas, pero eso no obliga a nadie a convertirse en un asno.

                -Robert me ha contado que tiene grandes planes -intervino Vance-. Y creo que podemos jugar un papel muy interesante en ellos.

                -¿Podemos?-alzó una ceja Francis-. ¿Y quién me ha preguntado a mí?

                -Si le mostramos a la gente que hay una mula que habla -apuntó RFK Jr.-, podemos explicar que eso es una prueba inequívoca de cómo las vacunas están afectando hasta a los cuadrúpedos salvajes. Y por qué deberíamos empezar a consumir productos más naturales: leche cruda, pollo clorado, cocaína…

                -Oiga, señor mío, el hecho de que yo sea capaz de sostener una conversación no tiene nada que ver con las vacunas. No diga estupide…

                -Además -irrumpió Vance, entusiasta-, ¡a mí me han prometido un cargo de vicepresidente!

                -Ay, Dios -se lamentó Francis.

                -¿Puedo pasar?-irrumpió en la habitación alguien naranja con una gorra roja en la cabeza. Sorprendentemente, se escuchó un ruido apagado de aplausos enlatados de fondo, aunque nadie sabía de dónde procedían.

                -¡Hola, Donald! Entra, entra -le indicó RFK, sin pedirle permiso a nadie más-. Te quiero presentar a Frankie, el mulo que habla…

                -He dicho Fran… Buf, imposible -agitó la cabeza Francis, mientras bufaba con hartazgo-. Y ahora viene aquí éste.

                -Hola, Frank -saludó el candidato presidente-. ¿Qué tal?¿Eres un buen mulo americano?

                -Los animales no tienen nacionalidad, señor Trump; a nosotros no nos admiten en el registro electoral. En cambio, parece que el acceso a los documentos secretos se lo dan a cualquiera.

                -Ja, ja, qué gracioso -rio Trump-. Y además, tienes razón, ¡qué mal anda este país! Estas cosas en Rusia no pasan. Menos mal que estoy yo aquí para arreglarlo. Frank, ¿quieres que nos hagamos una foto? La puedo publicar en mi red social.

                -Eeehh… -vaciló Francis, arqueando mucho el belfo superior-. Bueno, si no les importa, pónganse ustedes del lado de mi grupa. Es que ése es mi perfil bueno.

                -Venga, chicos, vamos a hacerle caso. Sonreíd todos…

                Francis agitó la cabeza y miró al cielo como si fuera una cámara imaginaria con la que pudiera comunicarse con el resto del mundo.

                -Vaya añitos nos esperan… Bueno, al menos tenemos una ventaja: no saben distinguir un culo de una cara. Aunque sean tozudos como mulas… algo podremos hacer. Habrá que…

                -¡Oh, Dios mío!, ¿qué es ese olor?

                -Creo que viene del… de detrás de la cola del mulo, señor.

                -… usar bien nuestras armas, incluso las que son un poco pestilentes. Como mínimo, nos echaremos unas risas. Y, quizá, logremos algo más -guiñó Francis el ojo, acompañando el gesto con una sonrisa-. ¡Amigos, iremos hablando!

¿CONTINUARÁ?

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